jueves, 13 de mayo de 2010

La perra gorda


Por José Manuel Beltrán


El otro día, una compañera de trabajo me recordaba un pequeño obsequio que le realicé, ya hace de ello algún tiempo. No recuerdo exactamente como surgió la conversación pero el hecho es que, abriendo el cajón de mi mesa le dije –en mi mano tengo una, y te la haré llegar por la valija interna-. Al principio no se lo creía pero un servidor –que es persona de palabra- metió en un sobre tan diminuto obsequio y, al día siguiente, ya estaba en su poder.

Ayer me lo recordaba, pues en una reunión familiar salió el tema y ella dijo: -Pues yo tengo una-. Y hete aquí que, ante el asombro de los presentes, les mostró el objeto eso sí, reservándose el contenido de la nota que en su día le mandé y que, para mi sorpresa, todavía conservaba. Por supuesto, que nadie piense mal que uno –aparte de persona de palabra- también es un caballero.

No quiero teneros más en vilo pues se trataba de una simple perra gorda. Que, ¿algunos de vosotros –por cuestión de juventud, por supuesto- no os acordáis de la perra gorda?. No me extraña. Diez céntimos de nuestra antigua peseta, sí de la rubia, y que comparado ahora con el euro representarían 0,0006 euros, ¡ahí es nada!. Un trozo de metal de aluminio, las más antiguas eran de bronce, que aún todavía es recordado en expresiones populares.

No será la primera vez que, ante determinada discusión o discrepancia de criterios, uno termine diciendo al otro: “Para ti la perra gorda”, en alusión directa a la mencionada moneda y en clara alusión a darle la razón a uno aún sabiendo del poco valor de la misma. Claro que, si quisiéramos minusvalorar todavía más ese razonamiento le diríamos: “Para ti la perra chica”, que también existía y que no era otra cosa que 5 céntimos de la peseta que, por supuesto, me niego a trasladar a euros.

Pero ¿por qué perra?, cuando el anagrama de la moneda era realmente un león. Echémosle la culpa al grabador de la FNMT. El dibujo, como decía, era un león pero realmente no era lo suficientemente claro y se confundía con un perro. Añadido esto al género femenino de “moneda” inmediatamente el pueblo oficializó el nombre: perra gorda (10 céntimos) y perra chica (5 céntimos), pues esta última era un poco más pequeña que lo anterior.

Salud, ciudadanos.

13 comentarios:

  1. De la perras no me acuerdo. Pero sí que me acuerdo de los dos reales. Un beso.

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  2. Muy curioso... siempre me ha gustado coleccionar moneds y tengo unas cuantas pero no sabía yo lo de la perra... Salu2

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  3. Muy bueno ciudadano!!!! yo tampoco sabía lo de el porqué de "perra gorda o chica"....

    Un besazo pa ti y tu santa!!!!

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  4. Pos yo no me acuerdo de esas monedas. :)
    Pero sí que conocía la expresión de "pa ti la perra gorda". De hecho la utilizo sin saber muy bien lo que era... Fíjate qué cosas!
    jajajajaja


    Besos, Ciudadano, pa ti y pa Nuria! ;)

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  5. En casa de mi abuelo hay unas cuantas de las de cobre y seguro que al final irán a la basura. A mí me hacía gracia hacer transcripciones en el archivo histórico en maravedíes.

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  6. Hola amigo hermoso post muy interesante al paso de los años se quedan estas monedas de piezas de colección jeje, yo de pequeña con una perra gorda compraba cinco caramelos, y con una peseta diez caramelos.

    Un abrazo de MA y feliz fin de semana ciudadano de Marbella .

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  7. es un post que nos transporta a una epoca de nuestra historia real....Un abrazo amigo y buen fin d

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  8. Yo no llegué a conocer esas monedas, pero mis padres sí que me han hablado de esas monedas.
    Un abrazo y feliz fin de semana.
    Rampy

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  9. Gracias, ciudadanos, a todos.
    Pudiera parecer que uno tiene un montón de más años de los que, de verdad, tengo. Pero el tema surgió -como suele ser habitual- de un simple comentario como ya relaté.

    Ahhh, Ulises, eso de tirarlas a las basura.. nada, de nada. Como mínimo, intéresate por su valor ante los coleccionistas.

    Gracias a todos.

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  10. Ni idea de lo que era la perra gorda, gracias por la información.
    Abrazos,

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  11. Pues fíjate ciudadano, que lo que yo no sabía es que una perra gorda equivalía a 10 céntimos de peseta. Lo digo, porque yo tengo varias perras gordas de ese metal de aluminio finísimo desgastado por el sobo de miles de manos a través de los tiempos, y que luego, si mi recuerdo no me traiciona, se convirtió en una moneda mucho más pequeñita y moderna de la que tengo cientos, y con la que yo compraba diez pastillas de leche de burra. Yo es que tengo mucha memoria, no es que sea vieja, jaja.
    Ahora mismo voy a comprobar mi caja de monedas.
    Un abrazo.
    Y por supuesto ese dicho y redicha coletilla, siempre por cierto tan machista, con la que se califica de "hasta aquí hemos llegado en la discusión"; "pa ti la perra gorda".

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  12. Yo me acuerdo de los centimos y los reales. De las perras solo recuerdo el remedo de frase que comentais. Recuerdo que durante un tiempo nos enviabamos una peseta los unos los otros por correo en el colegio.Lo que no logro recordar es cual era el sentido con que lo haciamos. Un saludo, que magnifico día hemos tenido hoy.A por un lunes igual

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  13. Ciudadano, me alegra leer tus comentarios y que me hayas tenido en cuenta para el comienzo de ellos. Por supuesto que conservo la nota -toda digna de un caballero - y la perra gorda está en un sitio especial dentro de mi colección.

    Por cierto muy ricos los caramelos, y aunque los he compartido con el personal de alrededor, no me he atrevido a remitirselos a la triste. Quedemonos con las risas que nos vienen mejor aunque nos salgan arrugas.

    Chapi

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