miércoles, 30 de septiembre de 2009

Pues va de premios


Los amigos de blogdeldia.org han tenido la gentileza, dicen ellos que por no sé que recomendación y después de varias semanas de "vigilancia" de mi blog, de otorgarme la distinción de ser considerado, hoy 30 de setiembre, Blog del día.

Este pequeño espacio que, curiosamente hoy, hace exactamente 9 meses que se dió a la luz pública ha ido creciendo poco a poco incitando a todos los ciudadanos y ciudadanas a través de eso que yo llamo reflexiones a participar en su lectura. No me podía imaginar yo, ni mucho menos, que todos los acontecimientos vividos junto a vosotros fuesen a ser tan amplios y gratos, incluso algunos mediante el contacto personal que, a buen seguro, se irá poco a poco ampliando.

Este premio, al igual que otros anteriores, lo es gracias a vosotros. Y a mí solo me queda, como es menester en estos casos, mostraros mi más sincera gratitud.

Tengo otros pendientes de publicar, ya desde hace tiempo, que me otorgaron Juancar; Stanley Kowalsky y Una sonrisa. No creáis que me olvidé de vosotros, ciudadanos, lo que ocurre es que soy malísimo con eso de los "tags" e inserciones varias. Pero prometo, antes de este fin de semana, en exponerlos debidamente.

Salud, ciudadanos, siempre salud y gratitud.

lunes, 28 de septiembre de 2009

El coñazo de la reflexión

Por José Manuel Beltrán

Me cuentan algunas voces, seguro que autorizadas, que el contenido de lo escrito en este blog tiene demasiada seriedad. O sea, que califican el blog como demasiado serio a lo que yo, inmediatamente, traduzco como aburrido, pesado, rollo, falto de imaginación, etc.., y que se resume en un “coñazo”.

¡Claro!, esa puede ser la idea que se transmite por medio de mis líneas y, en consecuencia, la misma que se le puede aplicar al autor. Y, como dicen aquí por el Sur, entonces yo me solivianto y digo: ¡Quieto, parao..!. A este ciudadano le gusta más la juerga que el chocolate a mi abuela que, por cierto, lo hacía de maravilla. Si en algún lugar se declara un incendio, aquí “el menda” se declara bombero o jefe de los bomberos, para estar en primera línea. Que, aunque no sepa contar chistes, ¡bueno, los cuento pero rematadamente mal!, aquí el ciudadano tiene su puntillo ¡vamos!.

Esto es lo que tiene ser una persona activa, aunque en muchas ocasiones ciudadano ¡te pasas un pelín con tanta reflexión de las narices!. Y claro es normal que los demás piensen: ¡Ya está aquí el de la reflexión! ¡Atención!, desconecten la televisión, bajen el volumen de la radio o quítense los auriculares, si cabe para los que tengan regulador de intensidad de la luz –que yo, esa pijada no la tengo, ¡coño, que sí, que en la cocina si está instalada!, pues que la bajen para entrar en situación. Porque ahora, todos juntos, como en el mes de María, osease Mayo, cantaremos: “Venid y vamos todos….” A concentrarnos porque vamos a REFLEXIONAR.

Algunos, ante tanta propuesta de ejercicio mental y en evitación de lesiones cerebrales –pues el coñazo que tienen que leer es de “pares y muy señor mío” usarán el réflex para evitar la inflamación. Otros, que son la mayoría –y en los que seguro yo me encontraría- leerán el último comentario efectuado, a lo sumo dos, y sin haberse leído el rollo contestarán: Pues me parece bien ( o mal, ¡joer!, que también se tiene que estar en desacuerdo) y otras palabras bonitas. Total, lo que sea para que el pesado de la reflexión se quede a gusto, porque lo único interesante ( si es que fuese verdad) es lo último que menciona. Sí, eso de la salud que, quedar, queda muy bonito pero que es una cursilería de narices.

Así que, ciudadano “pesao” vamos a ver si le pones un poco más de gracia a esto. La misma que a ti te gusta disfrutar en cualquier actividad que realizas, con la que disfrutas las reuniones, cenas y copas con tus amigos. Con la misma gracia, salero y arte que pelas las gambitas de Huelva que te comes en el chiringuito.

No se lo tengáis en cuenta. El chaval hace lo que puede. Eso sí, también es verdad, que una vez se le conoce ni reflexiones ni ¡hostias!. A éste lo que le gusta es la juerga, la juerga sana eso sí, pero la juerga.

¡Venga, vale!, te dejamos. Escríbelo ya de una vez porque sino es que no acabas: Salud, ciudadanos.


lunes, 21 de septiembre de 2009

Alfredo, así no, no... y NO.


Por José Manuel Beltrán

Mira que un servidor tiene un especial aprecio, creo que muy bien merecido por su parte, de la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Son muchos los años que lleva incurso en política por lo que su experiencia y bagaje es inmenso, pues han sido muchas y diferentes las responsabilidades encomendadas. De hecho, al igual que para todos y cada uno de los ministros que han pasado por el Ministerio de Interior independientemente de su tendencia política, nuestras críticas deben ser siempre más mesuradas y, antes de hacerlas, intentar comprender las delicadas situaciones que deben abordar.

Pero en este caso, releída una y otra vez, la última noticia aparecida en los medios de comunicación sobre el convenio de incremento de la cooperación para impedir y combatir la delincuencia grave, así es su título, suscrito entre el Reino de España y los Estados Unidos de América, rubricado en Washington el pasado 23 de junio y publicado en el B.O.E. el pasado 17 de setiembre, no puedo dejar de mostrar –seré somero- mi incredulidad.

Ni tan siquiera en las etapas más duras de la lucha contra el terrorismo de ETA la colaboración con Francia, ahora por suerte de gran fortaleza, había llegado a estos niveles. Pero en este caso queriéndose amparar en la lucha antiterrorista, y no pongo en duda que fundamentalmente así se utilizará, no puedo llegar a entender que la CIA, el FBI o cualquier agencia estadounidense especializada en terrorismo pueda tener acceso al contenido de los archivos españoles que contienen información confidencial sobre sus ciudadanos. Y dentro de esos datos íntimos, que nuestra propia regulación nacional ampara, y sobre los que ya juristas y responsables de la lucha antiterrorista han mostrado opinión como de “delicados”, se encuentra incluso el conocimiento de nuestros datos personales que revelen nuestro origen racial o étnico, opiniones políticas, o creencias religiosas o de otra índole y afiliación sindical o, informaciones personales sobre la salud o la vida sexual.

No. No estáis leyendo una película de miedo. Lo escrito se encuentra publicado en nuestro Boletín Oficial del Estado y, por si no lo conocíais se encuentra en vigor, y por tanto utilizado provisionalmente, desde el mismo momento de su firma: el pasado 23 de junio. Los defensores del mismo dirán que sólo deben preocuparse quiénes hayan cometido un delito, pero no es así. Se cita de forma expresa, a los que puedan cometer (o sea todos, pues todos podemos en su momento hacerlo) y, o, sean sospechosos de que puedan cometerlo. Sospechosos ¿por quién?. ¿quién decide la sospecha?.

Mi raza, mi origen étnico, mi creencia religiosa (o la que no pueda tener), mi afiliación sindical (si quiero), mi vida sexual, mi opinión política y todo lo mío puede ser sospechoso para las “autoridades” estadounidenses. ¿Pero qué autoridad tienen esas “autoridades” sobre mis opiniones, hábitos y normas sociales?. Quiere decirse que no se le permitirá la entrada, a partir de ahora, al Sr. Clinton por su ya conocida vida sexual.

No puedo seguir más, Alfredo. Solo te pido que, como se hace con nuestras leyes, dejes en suspenso de inmediato la aplicación de este convenio. Solicita la opinión del Tribunal Constitucional, explícalo con luz y taquígrafos a los ciudadanos, pues de esta forma yo ya entiendo como un simple ciudadano español (mi hijo) viajando a Boston (EEUU) en este pasado mes de agosto ha sido vejado en el aeropuerto quizás porque ya tenían datos personales e íntimos sobre su vida, sin que él nunca haya cometido ningún delito. Alfredo, así no, no… y NO.

Salud, ciudadanos.

viernes, 18 de septiembre de 2009

¿Tan difícil es el acuerdo?


Por José Manuel Beltrán

(Artículo de opinión publicado en Diario Marbella Express el sábado 19 de setiembre de 2009)

De verdad que no me lo puedo creer. Parece que todavía seguimos anclados en una de las etapas más rancias de nuestro pasado pues así nos lo demuestran muchos de nuestros actos cotidianos. La división existente en nuestro país, entre eso que se quiere denominar de izquierdas y de derechas, es cada vez más acusada y lo que podría ser una sana discrepancia de conceptos sociales sobre lo que, supuestamente, defienden una y otra tendencia sólo se queda en una guerra absurda de epítetos descalificadores entre ambos bandos.

Lo de “rojos y nacionales” sustentado en nuestra terrible guerra civil y prolongado durante todos los años de la dictadura ha quedado sustituido, ahora y desde un tiempo a esta parte, por lo de “de derecha o de izquierda” o, en ámbitos más autonómicos, entre independentismo o nacionalismo. Durante nuestra primera etapa democrática, curiosamente aún existiendo esas grandes tendencias, el pulso fue ganado por los centristas. Es así como la extinta U.C.D., en tiempos políticos mucho más desfavorables que los actuales, ejerció como equilibrista entre los más acervos defensores del régimen autoritario y la izquierda exiliada que representaba el PSOE y el PCE. Y gracias a Adolfo Suárez, ahora lamentablemente casi olvidado, a pesar de la desconfianza inicial sobre su figura y su posterior caída, por causa de las rencillas internas protagonistas de acumulación de poder, se lograron importantes Pactos de Estado siendo el más significativo el de nuestra Constitución democrática.

Hace mucho que dejamos esos tiempos y esa forma diferente de hacer política. Desde que el dichoso bipartidismo se ha instaurado en nuestra sociedad la división es cada vez mayor. No existen ni puentes ni túneles que permitan salvar la enorme sima que ambas posturas promulgan para beneficio de nuestra sociedad. Y lo peor de todo es que sus respectivos dirigentes manipulan la realidad social, a su antojo, amparándose en sus fieles seguidores con proclamas que exacerban, respectivamente, a las masas contrarias en lugar de buscar la conciliación y la coincidencia de puntos de encuentro.

Todos sabemos cuál es el correcto funcionamiento de una instalación eléctrica. En el interior de un enchufe, simulando a nuestro país, también existe bipolarización por medio de un cable rojo y otro azul. Ninguno de ellos por sí mismo tiene valor pero la unión de ambos, rojo y azul, nos aporta la solución de la luz. El otro cable, el neutro o también denominado toma de tierra, centrado entre ambos nos aporta grandes dosis de seguridad para que el cortocircuito no se produzca. Pero ¿qué le pasa al enchufe de nuestra piel de toro?. ¿quién se empeña en separar los cables para que no haya luz?. Las posiciones ideológicas ya no son tan fuertes como las de nuestro inicio democrático. La moderación socialista se ha convertido en socialdemocracia; la derecha se autodenomina partido de ideas centristas; el propio Partido Comunista se alió con otras fuerzas fundando Izquierda Unida y, ejerciendo una política –llamada de verdadera izquierda- ha demostrado su acomodación suave a la realidad social. ¿Conservadores? ¿Progresistas? ¿Quién es quién?

Es así que las diferencias de conceptos son mucho menores que las que nos quieren hacer ver. La única, que yo diría coincidencia, es la del acceso al poder por el medio que sea, denostando al contrario político con todo tipo de armas, falaces en muchas ocasiones, pero que provoquen desgaste y humillación ante los errores. Errores, por supuesto cometidos por los actuales gobernantes con responsabilidad, y que a la postre parecen mayores por no ser reconocidos como tales en su momento oportuno. Errores, de la oposición actual, por no preveer que el rendimiento político a futuro será mayor arrimando más el ascua; ayudando a solventar los graves problemas por los que pasamos. No saben reconocer, todavía, que buena parte de la ciudadanía de este país es ya lo suficientemente madura para discernir entre el acosador y el que presta cooperación.

Tribunal Constitucional; Crisis económica; Educación; Justicia; Pacto por el Empleo; Administración Pública; Estatutos de Autonomía; I+D; Seguridad Social y Pensiones; Sanidad; reforma de la Constitución. Todos estos asuntos precisan, de forma urgente, de un acuerdo general de amplio espectro y de futuro; independiente de quién gobierne hoy o lo pueda hacer mañana. Son permisibles las matizaciones a posteriori pero nunca sobre lo esencial. Y para todo esto, ciudadanos políticos, no puedo creerme que ustedes no tengan la capacidad de entenderse. Por favor, sean sinceros ¿tan difícil es el acuerdo?.


Por lo demás, como siempre, salud ciudadanos.

martes, 15 de septiembre de 2009

El circo de la vida. Relato corto.


Por José Manuel Beltrán

Aún cuando no habían descansado lo suficiente sus miradas se cruzaron delatando, de forma urgente, una necesidad de auxilio mutuo. El reposo, ahora siempre más que merecido, era insuficiente y su alimentación había dejado, desde hace mucho tiempo, de ser la natural. En demasiadas ocasiones ni siquiera existía, sin que lograran ambos llegar a entender el por qué de ese olvido.

A pesar del evidente cansancio físico tenía ganas de desahogarse y es por eso por lo que inició la conversación, ya advirtiendo que lo que contaba le había sido transmitido por su progenie, matizando además que ellos tuvieron la misma forma de conocimiento. Ya sólo por ese hecho, la atención de su compañero fue absoluta.

- Me contaron, y así lo hago yo ahora contigo, que nuestros ancestros más remotos provenían de Eurasia aún cuando, como suele ocurrir con todas las razas, después se fueron expandiendo por espacios más amplios y diversos. Quizás no llegamos nunca a tener el reconocimiento deseado pero lo que no deja lugar a dudas es que resultábamos simpáticos y ocasionábamos menos problemas, tanto de espacio como de alimentación, que otros. Nuestra libertad se ha ido empequeñeciendo con el paso del tiempo, ¡quizás a otros les ha ocurrido lo mismo!, pero nosotros hemos terminado peor parados.

Ante tal historia, los grandes ojos del compañero no se cerraban. Si acaso, dada la incómoda postura en que se encontraban, el relato solo quedaba interrumpido para propiciar un leve estiramiento de sus músculos, que ya de por sí se hacía difícil por el lugar dónde se encontraban.

- ¡Fíjate!, le dijo, que nunca hemos puesto impedimento para soportar ningún tipo de carga y eso que, en muchas ocasiones, era harto pesada y totalmente desmesurada en relación a nuestro cuerpo. Aún así, soportando excesivos tirones de nuestro cabello, hemos continuado nuestro camino de la misma forma que un sendero de camellos atraviesa el desierto. Nos hemos aclimatado a cualquier lugar y hemos sabido salir, por nuestras capacidades innatas, de rutas realmente peligrosas en su acceso.
- También otros han tenido mejor suerte, le contestó su amigo. Yo hace tiempo que pude ver –de forma breve- como se encontraban acicalados, limpios, bien alimentados y sus rostros denotaban mayor felicidad que, por supuesto, la que tú y yo ahora disfrutamos.
- Sí, lo sé. Siempre en esta vida tiene que haber afortunados. Lo que no entiendo es por qué nos ha tocado a nosotros, aunque eso ahora ya da igual. Pero si me gustaría saber hasta cuándo o, por lo menos, que nuestro trabajo tuviese un mayor reconocimiento. Todos parecen contentos con nosotros, pero me da la impresión que, incluso por los más pequeños, somos tratados como títeres.

No les dio más tiempo para acabar su conversación. Súbitamente se abrió la puerta del pequeño espacio que compartían. Una voz hosca y desagradable les indujo a levantarse ya no solo con la voz sino también con empujones. Ellos dos fueron los últimos. Tendrían que aguantar, durante muchas horas, un recorrido circular y aburrido no exento de pellizcos y estiramientos bruscos de sus cabellos. Quedaron ambos alineados en la formación ya instalada. Esta vez les colocaron en el lugar más lejano de una casetilla que tenía instalado un cartel que, de por sí, odiaban. En él se podía leer: Día especial de la Feria: Por sólo 5 euros, niños y mayores, disfruten de un paseo montado en un póney.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Lección magistral


por José Manuel Beltrán


Hoy, en absoluto, la firma que más arriba se indica -como hago en todos y cada uno de mis artículos- tiene ningún valor. Digo esto, pues lo que a continuación se va a reproducir y que ruego, por favor, lo mantengáis hasta el final mantiene tal nivel de coherencia, de lógica, de naturalidad y de raciocinio que difícil, pero que muy difícil, es añadir algo al respecto.


Emilio Calatayud, para quienes no lo conozcáis, es un juez de menores que ejerce su profesión en Granada (España). Me atrevo a decir que su verbo no es el del típico juez. No es el que emplean muchos otros jueces en que después de leerlos o escucharlos te quedas con la gran duda de saber realmente que ha querido explicar, y no porque tú seas tonto ¡no!, sino que el lenguaje excesivamente técnico nos hace perdernos por las ramas. Emilio Calatayud es claro y natural. Hace sus exposiciones como en la calle las hacemos tú y yo. Eso sí, las de él, son lecciones magistrales.


Como se dice por aquí, por Andalucía, todos ustedes vosotros podréis comprobarlo. Os aseguro que merece la pena y que no os arrepentiréis. Después, espero vuestros comentarios.


Un saludo, ciudadanos.



He tenido algunos problemas para la subida del video asi que, por favor, visualizarlo por medio de este enlace y cuando acabe el primer video continuar con el segundo. Mis disculpas.


lunes, 7 de septiembre de 2009

El arte del carrito


Por José Manuel Beltrán

Acabo de descubrir, gracias a la información contenida en Internet, como quitar de forma fácil un chicle pegado a un pantalón, que no salía de ninguna forma de las consideradas tradicionales. No he tenido que aplicar ninguna habilidad especial, la verdad es que poseo muy pocas, sino tan solo colocar encima del excremento bucal un papel de periódico y aplicar la plancha caliente. No os penséis que por este simple hecho voy a quedar en buen lugar - ¡ ni mucho menos ¡ -, más bien será al contrario pues el arte de la plancha no está dentro de mis habilidades ni siquiera cotidianas.

La verdad es que, de vez en cuando y eso que huyo de ella como puedo aunque no me dejan, practico el arte del carrito. Ahí sí puedo decir que soy un verdadero artista. Ya sólo el hecho de cogerlo para iniciar su tránsito me produce la satisfacción de saber que, a mi manera, estoy colaborando. Como ocurre en otros ámbitos, no todos los usuarios respetan las reglas básicas de circulación y eso que son bien simples. Se trata de evitar atascos innecesarios; requiebros absurdos; golpes de los que, por suerte, no es necesario cumplimentar el parte de accidente ante el seguro; e incluso evitar pérdidas momentáneas del utensilio. Para ello debes tener lo más claro posible cual debe ser tu recorrido y tratar de utilizar tu carril derecho de la misma forma que, siendo habitual el estacionamiento transitorio, dejar el vehículo sin obstruir la calzada tanto en la parte habilitada para la circulación como no obstaculizar la visión y el acceso al producto para otros viajeros, no tan diestros en este arte.

De la misma forma que, ante un largo viaje, colocamos todas las maletas y accesorios varios en meticuloso orden dentro de nuestro maletero del coche, al igual debemos hacerlo practicando el arte del carrito. Lo depositado tiene que seguir un orden lógico, el mismo que por su propia densidad y geometría. Cuanto más plano y pesado más en el fondo, pues de esta forma al igual que se levanta un edificio podrá servir de base para lo irregular y más delicado.

Pero el arte del carrito conlleva, además, largas dosis de paciencia. Si tu pasajero más habitual no ha efectuado un croquis detallado te puedes ver dando vueltas, de un lado a otro, o elegir nuevos y continuos aparcamientos transitorios. Es entonces cuando te das cuenta que tú no eres el único en este arte. Observas como otros artistas solidarios bostezan, casi al mismo tiempo que tú. Aún cuando los notas aburridos y, al cabo de cierto tiempo hasta hastiados, el poder se encuentra con ellos. Nuestras manos se asen fuertemente a una barra como signo de posesión absoluta. En ocasiones, descansamos sobre ella, estiramos nuestros músculos y recolocamos y organizamos la carga encomendada.

Si cabe, nos distraemos con el ambiente. Observamos la gran variedad de público, fundamentalmente femenino, que deambula por las distintas calles. De vez en cuando, nuestro pasajero habitual nos hace un encargo valioso. Sabe que lo realizaremos con la misma templanza con la que entramos, máxime cuando no entraña dificultad. Un trocito de papel numerado es el signo de nuestra espera. Nuestro acompañante se pierde rápidamente por otras calles y, aunque no acierta todas las veces, suele llegar en el momento justo en que el dichoso papelito debe ser entregado. Una señal de aquiescencia, también en ocasiones, acompañada de un beso te da las fuerzas suficientes para sentir que tu trabajo está siendo bien realizado. Y no podía ser de otra forma pues eres el artista principal.


El viaje está a punto de llegar a su fin. No importa que el atasco sea de considerables dimensiones. Un montón de artistas se aglomeran, junto con sus acompañantes, sabedores que todo el orden y pulcritud de su vehículo será deshecho en unos instantes. Pero no importa, en una próxima ocasión tendremos otra oportunidad de sentirnos importantes. Seremos los artistas del carrito pues nadie sabe hacer este trabajo como nosotros. Así es como yo, y otros muchos, llevamos el carrito en el supermercado. No somos hombres objeto, somos artistas.
Salud, ciudadanos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Luces y sombras


Este relato está especialmente dedicado a Ana, mi nuera, quién dentro de poco podrá dar cabida a todas estas sensaciones.

Un beso para tí, cielo.



Por José Manuel Beltrán

Desde hace ya varios días mi confusión es cada vez mayor. Mi cerebro, todavía, no logra alcanzar a entender lo que me está pasando. Es extraordinaria la información que estoy recibiendo pero, al estar totalmente desordenada, no logro hilar su sentido. Me encuentro como un verdadero ser pasivo y, por mucha atención que presto, el resultado es deficiente. Desde el primer momento tuve que acostumbrarme a una reiteración constante de estruendosos ruidos, máxime cuando en los meses anteriores disfrutaba de una calma total. En ocasiones, a mi cerebro llegaban por transmisión unas notas agradabilísimas que, perfectamente coordinadas, me sumían en un relajado sueño.


Ahora, después de salir a la luz pública en la que fui recibido con un pequeño cachete en mis glúteos produciéndome la emisión de otro estruendoso sonido, la calma ha desaparecido en su mayor parte. Mi cabeza gira de derecha a izquierda buscando el origen de tales ruidos. Algunos, por ser más frecuentes, tiendo a reconocerlos aún a sabiendas que de los dos que más se repiten, uno de ellos lo es de una dulzura especial. El otro, tratando en muchos casos de imitar al anterior, tiene un tono un poco más brusco aún cuando quiero sentir su franqueza. De vez en cuando, también es cierto, y como si no fuese conmigo ¡o quizás, sí!, los mismos sonidos frecuentes se entremezclan en tonos de nivel superior al normal y eso me desagrada.


Hoy me he despertado con unas tremendas ansias. Como de costumbre, mi primer alivio ha sido otra parte de mi cuerpo. No sabría muy bien como explicarlo pero la succión de mis dedos me aporta tranquilidad. La mayor parte de las veces, como queriendo tragarlos todos, los dedos se encogen formando un puño el cual también sigue siendo de mi interés su succión. Como todos los días he abierto mis grandes ojos y, esta vez, las sombras y las luces han entrado por mi retina sin distinción de unas y otras. Observo como algo se mueve a mi alrededor y cómo una imagen, que quiero distinguir pero que siento más como bella, muy enfrente de mí, me susurra vocablos que aún no logrando entenderlos me resultan cada vez más familiares.

La posición de mi cuerpo ha cambiado de lugar. Denoto que necesito ayuda externa pues, aún cuando mis ansias son tremendas, yo no habría sido capaz de alcanzar esta nueva situación. Todo mi cuerpo se mueve con algarabía. El transporte ha sido realizado con suma elegancia y meticulosidad y me siento más arropado que antes. No logro alcanzar la razón pero ahora me siento mucho más cómodo, a la vez que seguro. Aún cuando algo más apretado, siento un roce que me resulta familiar. A pesar de ello no tengo más remedio que dar una muestra de disconformidad y de una parte de mi cuerpo, hacia el exterior, se produce un gemido. Las luces y las sombras continúan sobre mi retina pero otro sentido, que creo debo desarrollar más, me induce a localizar lo que, a buen seguro, me va a otorgar mayor placidez.

Mi boca, no dirigida por mí, se encamina hacia una pequeña protuberancia de suave y delicado tacto. Mis dedos siguen obstaculizando este pequeño objetivo y, súbitamente, son apartados por otros mucho más grandes que los míos sin ninguna otra mala intención. No quiero reparar en la intención pues yo, ahora, creo haber ganado la batalla. La succión, que nadie me ha enseñado pero que parece ser que practico con gran éxito, está dando resultado. Siento una agradable humedad en mis labios y como esta se adentra por mi boca. A veces, por causa de mi ansiedad, la succión se interrumpe pero la misma mano de antes me recoloca de nuevo. Después de varios meses creo ya haber adivinado por qué me sucede esto. Tengo hambre y, algo que siento como mío, me complace en mitigarla. Aún cuando, cada cierto tiempo, siento un ligero cambio de esa pequeña protuberancia a mí no me importa pues la sustancia emitida, y para mí bien agradecida, me hace sentir feliz. Creo que es la misma felicidad que por los poros del cuerpo que me ase siente la otra persona. Esa luz y esa sombra que, día tras día, me susurra bellos sonidos. Solo quiero poder reconocerla mejor pero creo que para eso todavía me queda algo de tiempo.

F I N

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El lenguaje de los bloguers


Por José Manuel Beltrán


Encontrarse ante una página en blanco, para la mayoría, supone un reto importante máxime cuando las ideas no están lo suficientemente ordenadas. Puede estar tu cabeza mascullando un tema durante horas sin que logres hilvanar, más que con unos leves pespuntes, no el argumento central sino el adorno floral que haga más atractivo el resultado final. Otras veces, la propia intuición o, simplemente, las ganas de contar algo te llevan a rellenar líneas y líneas que, tras un somero repaso en su lectura, te hacen sentir bien.

Aflorar sentimientos, cuando nada en concreto se quiere decir, es otra forma de dejarse llevar más allá de la imaginación. Aquí, quizás, es cuando somos más reales con nosotros mismos. Denotamos nuestra tristeza o alegría; nuestra rabia y nuestra impotencia o, seguro que más sencillo, hacemos saber nuestro estado de ánimo o con el que quisiéramos estar. En definitiva, somos nosotros.

El “Blogger” inicia su andadura, cada vez que abre su página en blanco, de muy diversas formas, pues diferentes somos todos. Da contenido a su blog en función de esa línea premarcada en su cabeza, aún antes de haber creado el espacio a completar. Lo modifica, según su apetencia y buen saber, y lo redacta con el estilo que, además de conocer, le resulta apetecible. No se trata de buscar determinada profesionalidad en el uso de las palabras, se trata de llegar a tus lectores. Que estos se involucren contigo, se apasionen o se lamenten aún cuando también, no seamos egocéntricos, algunas veces se aburran. Sin embargo, en muchas ocasiones, nos encontramos con excelentes textos que, en mi modesta opinión, en nada desmerecerían de otros escritores que ya disfruten de editorial que les respalde sabiendo que, habrán pasado por el rodillo previo del revisor de textos.

Yo, hoy, no puedo quedarme con las ganas –aunque no les parezca a los lectores apropiado- de reseñar mi sentir cuando disfruto de la lectura de muchos amigos y amigas que comparten conmigo estas mismas líneas. Los ciudadanos aquí no reseñados lo han sido por mi torpeza memorística y no, por supuesto, por ningún tipo de demérito. Más al contrario, el demérito es mío por no acordarme de ellos. Les solicito disculpas que, por ser personas de bien, a buen seguro ya tengo concedidas.

Una sonrisa es suficiente…… Serenidad.
Campo de sueños …… La solidaridad personificada en Adrisol.
Cicuécalos y rengífaros … Explosividad, dentro del cajón desastre de Montse.
A la luna de Valencia… Documentalista y rigurosidad en la información. Así es Juancar.
Esther, lugar de encuentro…. Placidez y armonía.
Historias cálidas………… Stanley escribe con ardor.
Soy Tito Carlos …………… Deleite por el relato bien escrito.
La calle del olvido …… Jovialidad y madurez entroncadas. Así escribe Menda.
Cosas de ciudad … Animosidad y énfasis en las letras de Isabel.
Blog de Nuria González…. Corazón puro y limpio; sin máscaras.
Hablando de lo nuestro….. Viajero observador. Un abrazo, Ulises.
Champán por las tetas…Sociológicamente provocador reflexivo. Un abrazo, Esteban.
El rincón de Rampael.. Un poco de fresca locura que tanto nos hace falta. Gracias Rampy.
Salvador Pliego ………. Poesía, poesía y sensibilidad de poeta.
El retrato sin Dorian Gray.. Solidaridad desde un alma profundamente malagueña. Un abrazo José A.
Estelas en el cielo……. Pasión calma. Un beso Estela.
Alma máter ……… Improvisación; frescura y originalidad.
Cuaderno de Bitácora… Letras endiabladamente expresivas. Un beso Lou.
Zapping ……El humor personificado en dibujo. Un abrazo, maestro Sisco.
Temps d´escriure ……. Serenidad.
La ventana de los sueños. Profesionalidad y sentimiento. Un beso escritora Anabel.
El velo de la ignorancia.. Perspectivas de un joven muy maduro. Un abrazo, Rubén.
Ciudadan@s de Marbella. Impulsiva y directa. Un beso Marbisis.
Blog de Yasmín F. ……. Entusiasmo político.
Hecho en Marbella……. Amante de la música y de lo bien hecho. Un beso.
Pensamientos y vivencias. Loas poéticas de la vida. Pasión por Marbella. Así es Demófila.
Arte y Grabado…… Maestra del arte en lo escrito y en toda su obra artística.
Arde Marbella ……
Revolución.


Así son y, lo más importante, así escriben mis ciudadanos “bloguers”. De esa guisa yo los seguiré leyendo pues “.. cada cual es cada cual, cada quién es cada quién..” Y que conste que el orden en la relación no es por mayor o menor afinidad. Me era más fácil seguir el orden, que en el momento de escribir estas letras, aparecía en mi lista de favoritos de mi blog porque, desde el primero hasta el último, yo gozo con ellos incluso, como ya dije, con los indebidamente olvidados por mi memoria.

Salud, ciudadanos bloguers.
Nota: Lo lógico sería haber puesto un enlace con cada uno de vosotros; lo más lógico es que, una vez en mi blog, pinchéis sobre ellos ¿ o nooo ¿.