domingo, 28 de diciembre de 2008

Un adecuado Defensor del Ciudadano

Marbella, 27 de diciembre de 2.008

por José Manuel Beltrán



La bondad es una cualidad intrínseca de la persona. Decía mi abuelo,que se nace con ella y que su primera distorsión se producía en ese llanto -generalmente a horas nocturnas e intempestivas- que provocaba unas buenas ojeras. De esto son buenos conocedores los padres primerizos. Pero la bondad, con el paso del tiempo y aún siendo innata, desarrolla distintos procesos. Existe un proceso de aprendizaje, de rebeldía, de interés, de conformismo. Procesos que, en ocasiones, se entremezclan y que al final de nuestra vida involucionan a su estado original. La bondad innata.

Lo asombroso de la bondad es que no tiene clase social, color o religión y, por suerte, tampoco signo político alguno. Cierto es que muchos vienen manteniendo esos procesos de forma más constante que otros. Y de ahí que califiquemos a alguien de "buena persona" por su trayectoria global y su ayuda desinteresada hacia los demás sin ningún tipo de distinción.

En los próximos días, Marbella debe contar con un nuevo Defensor del Ciudadano. Ya de antemano propongo que, caso de recaer este cargo en una mujer, el título sea modificado inmediatamente adecuando el adjetivo correspondiente. Según he leído en declaraciones del ahora director de Participación Ciudadana, Baldomero León, le ha sorprendido la inscripción de un número elevado de personas como candidato/as lo que significa, para él, la importancia y valoración que se da a esta figura. Yo espero que no se quede sólo en la figura y que se valore la importancia del contenido.

DIMISIONES Y SUELDOS

Para tal fin, se han hecho públicas algunas dimisiones en los cargos que ostentaban algunos de los candidatos. Es lógico que así sea pues no se puede ser "juez y parte". Lo que no sabemos, todavía, de todos esos candidatos es si han dimitido o piensan dimitir de sus actuales actividades, bien las realicen por cuenta ajena (pública o privada); por cuenta propia o si se encuentran en una situación de jubilación ( de la jubilación, por desgracia, no se puede dimitir ).

Interesante aparece una de las propuestas. El mes de enero, ése que en el argot popular se le denomina el de " la cuesta de enero " es también reconocido, gracias a los grandes almacenes, como "el de las rebajas". Y como el sueldo que, al parecer, se le asigna al cargo a elegir asciende a la nada despreciable cifra de tres mil euros aparece una iniciativa para rebajarselo en mil euros. Y es que, debemos ser solidarios con la crisis.

La polémica está servida. Yo por mi parte, la incrementaría. ¿ Por qué debe asignarse un sueldo al Defensor del Ciudadano ?. Me gustaría conocer cuántos ciudadanos presentarían su candidatura bajo estas circunstancias. ¿ Acaso quiénes se presentan no se encuentran a gusto en su actividad actual ? ¿ Acaso, sus ingresos actuales son inferiores a la nómina a cobrar ? ¿ Acaso, el Ayuntamiento no va a facilitar los medios materiales y humanos para desarrollar esta labor ?

La nueva designación del cargo que nos ocupa, conlleva a analizar profundamente la bondad del elegido. Y yo prefiero a alquien que demuestre, en todos los sentidos, una bondad innata.

Salud, ciudadanos.

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