martes, 7 de diciembre de 2010

Plebeyos en la corte

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Por José Manuel Beltrán

Ya hace algún tiempo, y no recuerdo exactamente cuando, manifesté que sin ser uno de mis procederes habituales, de vez en cuando echaba un vistazo a eso que denominan revistas del corazón. En ocasiones, reconozco, hasta las he comprado; generalmente para satisfacer la curiosidad de mi suegra, lo que da lugar durante un largo rato a comentarios de todo tipo.
No me quiero escudar más en ella, así que voy directamente al grano. El color de la sangre, esa que utópicamente denominan “sangre azul”, está paulatinamente modificando su tono al de su color natural: el rojizo. No te preocupes querido lector no me refiero a la tuya sino más bien a la de las/los consortes de los futuros soberanos europeos.

Periodistas, modelos, atletas olímpicos, abogadas, entrenadores personales, economistas, dicen que procedentes de la clase media, comienzan a romper el molde tradicionalista de la aristocracia tan alejado siempre de la realidad social. No tengo yo tan claro que eso sea así pero, sin ningún género de duda, poco tiempo  atrás hubiese sido impensable que una divorciada, nieta de taxista, pudiese ostentar el título de Princesa de Asturias y el de futura Reina del Estado Español.
Actualmente, el 80% de las/los consortes de los futuros soberanos europeos no tiene ascendentes aristocráticos y eso que un servidor, dado su apellido, no ha querido hurgar mucho en su pasado. Sólo Felipe de Bélgica y Alois de Liechtenstein, continúan con la tradición. España, Reino Unido, Holanda, Mónaco, Dinamarca, Suecia, Luxemburgo y Noruega mantienen ya plebeyos dentro de su corte. El cuento de Cenicienta ha calado muy hondo en los corazones reales de forma muy diferente a como lo hizo, ya hace mucho tiempo, en el del promiscuo Enrique VIII.
Ahora solo nos queda esperar. Cualquier día de estos, cuando pasees tranquilamente por Benidorm; cuando pacientemente esperes tu turno en la cola del cine de tu barrio, o te adentres en la cervecería de siempre para tomar unas tapas; cuando mires a tu lado en la sala de espera del ambulatorio de la Seguridad Social, o pidas la vez en la pescadería del mercado; cuando acerques a tu vástago a la escuela pública o intentes subirle a tus hombros para, consecuencia del gentío, pueda ver mejor la cabalgata de los Reyes Magos después de una larga espera; en ese momento, quizás,  al mirar a tu lado puedas ver en iguales condiciones a ti a un plebeyo que reconocerás de inmediato. No te asombres, no lo descartes, ese día llegará. Un día en que la monarquía, como institución, haya desaparecido. Porque lo que se instituye a la fuerza se destituye por mor de la razón.
Mientras tanto ciudadanos, incluidos ellos, os deseo salud.

8 comentarios:

  1. Pues yo creo que queda mucho para ver eso que dices al final. Porque sí, porque es verdad que hay plebeyos en las cortes europeas, pero es más fácil quedarse allí que volver a bajar al pueblo llano cuando entran.
    Y si desaparecen las monarquías, que puede que lo hagan, tb quedará mucho para verlo.
    :)

    Un beso, Ciudadano! Y otro pa mi Nuria! ;)

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  2. Interesante tu artículo de hoy en el que "se me hace", tratas con absoluta sensibilidad el tema de la monarquía y su subsistencia, por lo que te felicito, y haces bien porque este tema, como otros relacionados con el devenir político de un pais, en este caso España, puede y de hecho por seguro, levanta pasiones. En mi opinión las monarquías en sociedades modernas, no es más que producto de un anacronismo histórico y no tienen más razón de existir que el servicio a los ciudadanos. En la Constitución que nos dimos y que hemos celebrado (parcialmente)su aniversario hace dos días, se contempla somos una Monarquía Parlamentaria, fórmula ésta que, al menos yo, entendí acertada para que la España plural que todos deseabamos fuera realidad, ahora bien, como dices, podría llegar un día en que.... ¿quién es capaz de adivinar el futuro?
    Saludos,.

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  3. Hola, me alegro de leerte después de tanto tiempo. La verdad es que la monarquía cada vez se tiene que mezclar con el pueblo llano, tanto en matrimonios como a la hora de relacionarse o la tienen clara, puesto que viven de nosotros, de nuestros impuestos. Ahora se vanaglorian de haberse reducido el 5 por cien del presupuesto cuando muchos obreros han perdido mucho más al perder el empleo o en una reducción de horas de su trabajo. Un beso y me paso otro día.

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  4. Recién llegado de viaje, asi que disculpar la demora

    Hola Lourdes,
    No me preocupa en exceso el tiempo que tarde en llegar. Lo que me preocupa es el tiempo en que ellos, los plebeyos aludidos, se den cuenta de la situación.
    Un besazo diablilla.

    Hola esticomar,
    Como siempre, gracias por tus palabras. Comentas que este tema "levanta pasiones". Yo creo que esa no es la mejor actitud para tratarlo (no lo digo por tí, claro). El apasionamiento, por regla general, puede ofuscar la realidad ante reacciones inmediatas. La calma y la serenidad en el intercambio de pareceres seguro resulta más provechoso.

    Discrepo de tí, en cuanto a que las monarquías no tienen más razón de existir que el servicio a los ciudadanos. Eso conllevaría a decir que no existe servicio al ciudadano dónde no hay monarquía, y no es así. Sin embargo respaldo totalmente tu expresión (para mí muy acertada) sobre el "anacronismo histórico" lo que conllevaría a una refundación de la monarquía.

    Nuestra Constitución la contempla y regula como Institución al igual que otros conceptos y figuras. Ahora queda desarrollarla y, en el apartado de la Monarquía, no somos los plebeyos quienes decidimos sino los que ostentan los títulos. He aquí la diferencia.
    Ha sido un placer leerte. Un abrazo, ciudadano.

    Hola Esther,
    ¡Cuánto tiempo!. Me alegra mucho verte por aquí y ya, de entrada, un besazo enorme (también será de salida).

    No es que se deban de mezclar. Es que son parte del pueblo, al igual que tú y que yo. Para mí no existe diferencia en el aspecto personal y por eso, mi reflexión no va dirigida hacia con quién deban casarse, o divorciarse, etc,,. Con lo que no estoy de acuerdo es con determinados privilegios.

    Mira tú por donde, tu última reflexión es muy acertada. Una declaración pública de la Casa Real en la que anuncie que, al igual que otros funcionarios (estos obligados) su presupuesto se reduzca un X por ciento. Aunque sea una medida populista, por lo menos, a la vista de muchos darían ejemplo.
    Lo prometido es deuda: Otro besazo ciudadana. Vuelve pronto.

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  5. Ahora soy yo el que agradece tus palabras, mis comentarios no son más que pinceladas breves que indiscutiblemente tienen su desarrollo y que precisamente por éso, la brevedad de éstas líneas, pueden saber a simplistas. Ante el apasionamiento, muy de acuerdo contigo, la calma y la serenidad en el intercambio de pareceres casi siempre resulta provechoso y ayuda a entendernos.
    Gracias y un cordial saludo,.
    E.Martín

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  6. Sin pasión,... como plebeya que soy y con la sangre bien roja, no entiendo las monarquias constitucionales europeas y mucho menos cuando son impuestas. Estoy a la espera del final del cuento de hadas.
    Besitos muchos para tí ciudadano.

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  7. Hola Ciudadano,


    Leyéndote me he acordado de una escena de cuando mi hija (que ahora tiene treinta y tres años) tenía cinco o seis añitos; estaba estudiando la asignatura de Sociales y se distraía con todo, y decidí preguntarle la lección y le quité el libro de las manos.
    Le leí la pregunta
    ¿Qué es España?
    Y ella tenía que contestar algo así , España es una monarquía parlamentaria y democrática.
    Bueno pues le digo, a ver Sara, que es España?
    Me miró con cara de despistada sin decir nada
    A ver Sara, España es una mona…, una mona…
    Y dice, ¡CHITAAAAA! ¡CHITA ¡ES UNA MONA CHITAAAAAAAAA!
    Bueno la verdad es que con el tiempo y como se están poniendo las cosas, creo que acertó.

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  8. Feliz Navidad José Manuel. Muchos besos.

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