Por José Manuel Beltrán
Los metereólogos y todos los medios de comunicación lo vienen, anunciando unos y relatando otros, desde hace ya mucho tiempo. Aún cuando el Sr. Aznar se empeñe en defender las teorías contrarias o, por ser más suave, poner en duda que el efecto del cambio climático de nuestro planeta es real, lo que no cabe duda es que para buena parte del resto de los humanos más racionales las olas de calor, que actualmente sufrimos en parte de nuestro continente, son más iracundas que las anteriormente sufridas. Nos estamos, entre todos, cargando nuestro ecosistema de forma tal que un pajarillo hambriento devora la comida que su congénere deposita en su nido.
Ante tal “alerta amarilla” –que no quiero yo que pase a otro color, más de sangre- las recomendaciones se exacerban buscando en los jóvenes y ancianos sus principales destinos. Ello no quita que el resto de los humanos, comprendidos en esa franja de edad antes delimitada, no suframos también en nuestros cuerpos los desastrosos efectos del calor reinante. Ni siquiera, cuando en la noche las temperaturas se alivian, podemos dar descanso a nuestros cuerpos que, día a día, vienen lastrados consecuencia de los mismos comportamientos.
Medio planeta consuela al otro medio, pues como todo el mundo sabe en medio hemisferio es verano cuando en el otro medio es invierno. Pero como, cuando yo escribo esto, mi situación hemisférica es la misma que la del calor agobiante sólo me queda felicitar, momentáneamente, a mis amigos del otro lado del gran charco por su fortuna transitoria.
Hace unos días se dirigía hacia mí una encuestadora oficial, o así me lo hizo ver. Aparte de datos sociodemográficos, el eje central de la encuesta se centraba en los efectos que el calor ejercía sobre nuestros hábitos cotidianos. Curiosamente, la entrevistadora no se cortaba en absoluto y entre estos hábitos –la duda de lo cotidiano, cada uno que la ponga en el nivel que quiera- también se encontraba las relaciones sexuales. Es curioso, reflexiono, la cantidad de opiniones dispares que llega a conocer una entrevistadora de nosotros y nosotros, sin embargo, nos quedaremos en la gran duda de conocer la de ella. ¡El mundo es injusto hasta para esto!.
Preguntaba, digo, la señorita encuestadora si el hábito sexual en épocas de gran calor era de la misma intensidad y frecuencia que en otras estaciones. Preguntaba también, antes del hábito, si el impulso o iniciativa se acentuaba más. Si, de ser más menos positiva la respuesta, existían unas horas más acentuadas que otras, bien dentro de la noche o del resto del día. Y, para terminar, rematando la faena y cobijándose en la confidencialidad la pregunta hormonalmente clave, siempre referida a la estación calurosa en la que nos encontramos. ¿ Se considera Vd sexualmente activo en esta época, considerando lo de activo en 3 o más actos durante la semana ¿. Lo véis, es en estos momentos cuando mi reflexión anterior tiene más sentido. Ella lo quiere saber todo de mí y yo no puedo, en reciprocidad, saberlo de ella.
Creo ser consciente que una mayoría -¡que digo una mayoría, el 99 por ciento!- ante tal situación lo único que pretende es quedar bien, y mucho más en este aspecto. ¡Vaya, que no vamos ahora a echar por tierra eso del “macho ibérico”!. Por tanto, nuestras respuestas lo único que harán es engañar a la estadística y alejarse “muy mucho” de la realidad. Y es que este calor afecta ya no sólo a nuestros cuerpos sino también a nuestras voluntades y, por supuesto, a nuestras hormonas. Y si alguno de los lectores no coincide con mi reflexión –que en su derecho están- no hay problema les envío a la señorita encuestadora y después me contestan.
Ya estoy viendo lo que estáis todos pensando. ¿Qué cuál fue mi respuesta a la pregunta?. ¡Sois peor que la encuestadora, ehhh!. Pues muy fácil, como comprenderéis yo no estoy ni por arriba ni por debajo de la media. Así que le contesté: “Pues yo muy bien, gracias. ¿ Y usted ¿.
Los metereólogos y todos los medios de comunicación lo vienen, anunciando unos y relatando otros, desde hace ya mucho tiempo. Aún cuando el Sr. Aznar se empeñe en defender las teorías contrarias o, por ser más suave, poner en duda que el efecto del cambio climático de nuestro planeta es real, lo que no cabe duda es que para buena parte del resto de los humanos más racionales las olas de calor, que actualmente sufrimos en parte de nuestro continente, son más iracundas que las anteriormente sufridas. Nos estamos, entre todos, cargando nuestro ecosistema de forma tal que un pajarillo hambriento devora la comida que su congénere deposita en su nido.
Ante tal “alerta amarilla” –que no quiero yo que pase a otro color, más de sangre- las recomendaciones se exacerban buscando en los jóvenes y ancianos sus principales destinos. Ello no quita que el resto de los humanos, comprendidos en esa franja de edad antes delimitada, no suframos también en nuestros cuerpos los desastrosos efectos del calor reinante. Ni siquiera, cuando en la noche las temperaturas se alivian, podemos dar descanso a nuestros cuerpos que, día a día, vienen lastrados consecuencia de los mismos comportamientos.
Medio planeta consuela al otro medio, pues como todo el mundo sabe en medio hemisferio es verano cuando en el otro medio es invierno. Pero como, cuando yo escribo esto, mi situación hemisférica es la misma que la del calor agobiante sólo me queda felicitar, momentáneamente, a mis amigos del otro lado del gran charco por su fortuna transitoria.
Hace unos días se dirigía hacia mí una encuestadora oficial, o así me lo hizo ver. Aparte de datos sociodemográficos, el eje central de la encuesta se centraba en los efectos que el calor ejercía sobre nuestros hábitos cotidianos. Curiosamente, la entrevistadora no se cortaba en absoluto y entre estos hábitos –la duda de lo cotidiano, cada uno que la ponga en el nivel que quiera- también se encontraba las relaciones sexuales. Es curioso, reflexiono, la cantidad de opiniones dispares que llega a conocer una entrevistadora de nosotros y nosotros, sin embargo, nos quedaremos en la gran duda de conocer la de ella. ¡El mundo es injusto hasta para esto!.
Preguntaba, digo, la señorita encuestadora si el hábito sexual en épocas de gran calor era de la misma intensidad y frecuencia que en otras estaciones. Preguntaba también, antes del hábito, si el impulso o iniciativa se acentuaba más. Si, de ser más menos positiva la respuesta, existían unas horas más acentuadas que otras, bien dentro de la noche o del resto del día. Y, para terminar, rematando la faena y cobijándose en la confidencialidad la pregunta hormonalmente clave, siempre referida a la estación calurosa en la que nos encontramos. ¿ Se considera Vd sexualmente activo en esta época, considerando lo de activo en 3 o más actos durante la semana ¿. Lo véis, es en estos momentos cuando mi reflexión anterior tiene más sentido. Ella lo quiere saber todo de mí y yo no puedo, en reciprocidad, saberlo de ella.
Creo ser consciente que una mayoría -¡que digo una mayoría, el 99 por ciento!- ante tal situación lo único que pretende es quedar bien, y mucho más en este aspecto. ¡Vaya, que no vamos ahora a echar por tierra eso del “macho ibérico”!. Por tanto, nuestras respuestas lo único que harán es engañar a la estadística y alejarse “muy mucho” de la realidad. Y es que este calor afecta ya no sólo a nuestros cuerpos sino también a nuestras voluntades y, por supuesto, a nuestras hormonas. Y si alguno de los lectores no coincide con mi reflexión –que en su derecho están- no hay problema les envío a la señorita encuestadora y después me contestan.
Ya estoy viendo lo que estáis todos pensando. ¿Qué cuál fue mi respuesta a la pregunta?. ¡Sois peor que la encuestadora, ehhh!. Pues muy fácil, como comprenderéis yo no estoy ni por arriba ni por debajo de la media. Así que le contesté: “Pues yo muy bien, gracias. ¿ Y usted ¿.
Saludos hormonales, ciudadanos.
Desde luego, hay que tener elegancia hasta para contestar a ciertas preguntillas, no?
ResponderEliminarYo, si me pilla en un día tonto, le podría responder con otra pregunta:-"¿Y a ti qué te importa?"-, por ejemplo.
jajajaja
Sí que hace calor, ciudadano, sí.
Pero no felicites a las criaturicas al otro lado del charco, que las están pasando canutas con el frío. :)
Muchos besos, Jose Manuel!!
Jeje... muy hábil ciudadano, muy hábil....
ResponderEliminarUn besote!
Muy buena respuesta, a los encuestadores no se les dice nunca la verdad, como tampoco se hace a píe de urna, en las elecciones, cuando esos indiscretos, se ponen a la puerta a preguntas..., ¿y, Vd. que ha votado?, pues, yo, mire, a Vd. ¿qué le importa?, al menos eso hago yo, a la encuestadora quizás le hubiese dicholo mismo.
ResponderEliminarSi ella quiere saber de nosotros, ¿por qué nosotros de ella no?.
¿Has leído la última encuesta sobre la intención de voto en las próximas elecciones?, por lo visto el PP le saca 1,5 puntos al PSOE ¿crees que será verdad?, encuestas en las urnas, esa son las buenas y verdaderas.
Bueno, ciudadano, hasta la próxima, un abrazo, de esta ciudadana.
Jjajajaja, me ha encantado el post....y la diplomática respuesta,sin duda.
ResponderEliminarJajajajajaja, bravo Doñito!!!!!!
ResponderEliminarAquí has vuelto a dejar emerger ese doñito socarrón, con un punto de humor glorioso, tan especial, tan genuino que me has hecho pasar un rato fabuloso. Tanto que me lo he leído dos veces para apreciar el punto que le has ido dando desde el principio para llevarnos, sin darnos cuenta, hasta el momento álgido.
Pues sí Doñito, calor hace para abrasar glaciares. Mismamente el Pedrito Moreno lo dejábamos para llenar piscinas, como el que no quiere la cosa!!! jejeje.
Ni te cuento lo que hace por aquí. En estos momentos, con todo abierto, no se mueven, en la calle, ni los coches.
Yo hoy tenía hora con el médico a las 4 de la tarde, y cuando he cogido el coche, para ir, el termómetro marcaba 43'5. Con el "condicionado" puesto he llegado a la clínica, que marcaba, en el exterior, 39 grados, a duras penas.
Pero lo peor no es lo que "cae del cielo". Lo peor es lo que añadimos por el suelo. Coches, aires acondicionados, asfalto, etcétera, que sube ya el termómetro a las nubes.
Dicen que a partir del viernes bajarán, pero hasta el viernes????
Yo he pasado el "finde" en las "afueras", en la zona de Brunete, y el sábado, allá por las madrugadas, tuve que arroparme porque tenía frío, pero en cuanto vuelves a la civilización, se acabó el pastel.
Y a lo que iba, que me disperso. Haciendo mucho calor durante el día, mientras sea soportable, porque lo que a uno le rodea así lo consiga, se puede hacer de todo.
Con lo bien que se queda la piel después de.....
¡Qué le voy a contar que usted no sepa,Doñito! A Noé no le voy yo a hablar de agua, verdad????? jejejeje
Besitos corazón!!!!!
Qué erótico que estás José!!!! Te desconozco, jajajajaja!!!! Parece que el aire de los fiordos te afectaron, jajajaja!!
ResponderEliminarMe encantó este post!
BESOTES GUAPETÓN!
Con este caloooo, ni dos ni tres ni... bueno lo dejaremos en uno ¿ vale ? por aquello de quedar bien. No te atreviste a decir la verdad y toda la verdad EH!!
ResponderEliminarVamos si me pilla a mí la entrevistadora, le saco los colores. !! Pero qué preguntas son esas ehhhhh!! Vamos que sólo le falto preguntar si lo hacías en la cama o la bañera ...jajaja
Me he reído un montón mientras te leía, picaron.
Besitos guapo
creo que siempre se miente en esas encuestas!!!!
ResponderEliminarquién vá a decir la verdad, aunque te juren y rejuren que es confidencial...jajajajjaa
quisiera tener un poco de tu calor, amigo..
aquí hace mucho frío,para los que tenemos abrigo y calefacción..no es nada, pero en argentina hay muchas provincias pobres, muy pobres...y ellos lo están pasando muy mal!!!
pero el gobierno..ni mu!!!!
un abrazo, amigo,me encantó tu entrada
A mí nunca me ha dado vergüenza hablar de estos temas. El verano me sube todo, y no los colores precisamente. La intensidad es mayor que en invierno. Así que así estamos mi pareja y yo, con una sonrisa de oreja a oreja, y con cara de imbéciles.
ResponderEliminarSaludos desde La ventana de los sueños.
Jajajaja, muy buena reflexión. A mi las encuestadoras como meros instrumentos del sistema encuestador me dan mucha pena. Se ven obligadas a hacer preguntas para cobrar su sueldo que en la mayoria de los casos se responden sin ton ni son. Siempre contesto a las encuestas con el maximo de sinceridad posible, excepto en las politicas que miento como una bellaca para no dar pistas al enemigo jajajaja. En cuanto al sexo y al calor creo que las apetencias se disparan por los efectos del sol sobre nuestro cerebro, pero.... cada persona es un mundo. Gracias por tus comentarios en mi blog. Por cierto el chasis ha quedado como nuevo aunque con cierto ruidillo aun. Besos Ciudadano
ResponderEliminarA mí depende del día. Me puede pillar diplomático o de mala hostia. Pero hay que tener ganas de hacer una encuesta así con los calores que hay. Por Dios!
ResponderEliminarUn rampyabrazo.
Hola, ciudadano marbellero, veo que me has visitado, te echaba de menos.
ResponderEliminarMe gusta esa responsabilidad que tú dices que tengo ahora, porque me gusta este mundo de los blogs, comunicarme con todos vosotros, que me comentéis y comentaros.
Ya lo digo en mi entrada, esto llena mi vacio, y me ha dado muchoooos amigos, desconocidos personalmente, pero afines.
Espero que cumplas tu promesa, sigue en la brecha, y acompañame por este mundo, necesito paisanos que me ayuden a defender este hermoso pueblo, que es el nuestro.
Un abrazo de esta ciudadana, marbellera.
pasen por lo de Alijodos
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