lunes, 25 de mayo de 2009

El destino ( I Parte). Relato.



Por José Manuel Beltrán

Su larga melena, rubia y rígidamente alisada, había sido siempre un gran obstáculo cuando, de tarde en tarde, decidía acudir a la peluquería. Tenía por costumbre, ya desde niño, acudir siempre a la misma para ser atendido, aún cuando tuviese que dejar pasar algún turno, por Julián. Los comentarios, mientras las tijeras hacían su trabajo, no llegaban a tener la importancia de una conversación. Los clásicos tópicos acerca del tiempo, del trabajo, del fútbol y cualquier otra nimiedad que, al hilo de la conversación del vecino de butaca, pudiese surgir. Lo que resultaba inevitable, a pesar de tantos y tantos años, era el calificativo de la consistencia y dureza de su cabello. Julián, siempre le ponía como ejemplo, antes de sentenciar: “Desde luego, con este cabello nunca te podrás quedar calvo. Es duro e indomable a la vez que agradecido para el corte”.

Quizás esa melena que coronaba un cuerpo juvenil y atlético, de poco más de 180 centímetros, era una visión agradable para el sexo contrario. Se aunaba también un carácter extrovertido y desenfadado considerándose él mismo como amigo de sus amigos. Las circunstancias familiares, así como la educación recibida en casa, le hacían parecer una persona más madura de lo que debería ser para su edad. Realmente lo era, pues ya desde hacía dos años cursaba estudios nocturnos después de una larga jornada de trabajo. El destino quiso que, consecuencia de la matriculación para el próximo curso de orientación universitaria, se fijase en una chica que aguardaba, un tanto despistada, la misma cola ante la ventanilla de turno del Instituto. Una inesperada llamada telefónica le hizo cambiar, de forma radical, los planes iniciales. Explicó al resto de compañeros de clase, pues todos juntos habían decidido efectuar la matrícula en el mismo sitio, que tenían la posibilidad de matricularse en otro Instituto dónde gozarían de un profesorado de mayor nivel, y a buen seguro exigencia, pues todos ellos eran catedráticos de la Universidad a la que, en las distintas ramas, accederían al año siguiente. La llamada procedía de D. Manuel Millán, persona perfectamente conocida por todos, pues unía su condición en el curso pasado de profesor de F.E.N. (Fundación del Espíritu Nacional) con la de una buena persona. Él, también se trasladaba a ese nuevo Instituto.

Rafael, no se lo pensó. Mediante una especie de arenga, no sin explicar detalladamente los motivos por los que él creía era conveniente el traslado, convenció al resto de sus compañeros. Una vez conseguido, no lo dudó un instante. Se acercó a aquella joven, de la que ya llevaba bastante tiempo absorto, y tras preguntarle su nombre le invitó a proseguir el mismo camino. Su sorpresa fue mayúscula cuando Esther, pues ese era su nombre, abandonó de inmediato la cola y se dispuso a acompañarles en lo que para ella era el inicio de una aventura. Realmente, Esther, no había perdido ojo en ningún momento a Rafael, desde que hizo su aparición en el vestíbulo del Instituto. Detrás de unas grandes gafas se resguardaban unos preciosos ojos negros que competían en intensidad con el color de su cabello. Sus labios, delicadamente carnosos, circundaban una boca que, a pesar de su aparente timidez, esbozaba una sonrisa en todas y cada una de sus expresiones. Su vestimenta, un tanto infantil, escondía un cuerpo ya formado que, en sus partes visibles, lucía un esplendoroso bronceado.

A la mañana siguiente el mismo grupo de jóvenes se encontraba, de nuevo, esperando la apertura de la ventanilla de inscripción del nuevo Instituto. A simple vista, el contenido de la arenga de Rafael era coincidente con el impacto visual que se les ofrecía. Unas instalaciones modernas con amplias aulas y una demostrada amabilidad por parte de los funcionarios y profesores que por allí pululaban. Esther mantuvo una animada charla con una señora que le seguía a ella en su turno de cola. Su mirada se perdía en la distancia, no por el hecho de la novedad del lugar, sino buscando entre los presentes la visión de Rafael. Momentos antes que llegase su turno de presentación ante la ventanilla, tuvo un momento de gran duda. Quizás Rafael le hubiese gastado una broma y ahora, después de convencerla –no sin mucho esfuerzo, pues ella enseguida aceptó- hubiese decidido no matricularse. No pudo seguir con sus malos pensamientos pues una voz que procedía del interior de un ventanuco le requirió: “Tus papeles, por favor. Y también el importe de las tasas. Son 75 pesetas”. Los papeles estaban en regla, no podía ser de otra forma pues habían sido meticulosamente repasados más de una decena de veces. Pero al echar mano del monedero, Esther agrandó tanto sus bellos ojos que no podía salir de su asombro.
-- ¡ No, por favor ¡-, exclamó.
-- ¿Qué te sucede, hija? -, le preguntó la amable señora a la que ella precedía.
-- ¡Me he olvidado parte del dinero. Me faltan 25 pesetas! -.
-- No te preocupes -, le contestó la señora. Y, alargando su mano derecha sobre el bolso que descolgaba sobre su otro brazo, le entregó un billete con el que pudo, al fin, dar por finalizado el trámite de su matrícula.

Esther aguardó, entre sonrojada y agradecida, a que la señora acabara con su proceder. Una vez realizado, se deshacía en disculpas y agradecimiento a la vez que se repetía.
- Pero, ¿si usted no me conoce de nada? -.
- No te preocupes, hija, a todas nos puede pasar. Además, mi hijo está matriculado en tu mismo curso. Se llama Rafael Luque. Mañana o cuando comencéis las clases, tú misma, le entregas el dinero y ¡ya está!. Él no ha podido venir, pues está trabajando -.

( Continuará …… )

8 comentarios:

  1. ¿Te llamas Rafael...?

    Espero el resultado.

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  2. Esperaremos al siguiente capítulo. Me has dejado con la miel en los labios. Nos has creado la intriga de saber qué pasará con Rafael y Esther.
    Y las peetas me hacen recordar tiempos pasados, cuando yo compraba cigarrillos, ya no fumo, a diez pesetas la unidad.
    Saludos desde La ventana de los sueños.

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  3. interesante historia!!
    veremos cómo sigue esta historia entre esther y rafael..........
    aquí me tendrás esperando!!

    un abrazo

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  4. espero el siguiente capitulo esta muy interesante...

    en mi blog tienes un regalo..

    un abrazo!!

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  5. Me he perdido un poco. Será la hora que es ya... Julián quién es?
    Definitivamente, mañana lo vuelvo a leer, que seguro estoy más despierta.

    Besos, Ciudadano.

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  6. Estos son los momentos en que no me agradás José, cuando me dejás con toda la intriga, jajajaja!! Es que soy terriblemente ansioso!!
    Me encanta este relato y me parece que se las trae . . .hasta cuándo va a durar el suplicio para la continuación? jejejeje

    Mentiras, igual te quiero, amigo!!

    BESOTES Y BUENA SEMANA!!

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  7. bueno que me estas contando? una historia de adolescentes...interesante...la seguiremos pues hasta el final...saludos ciudaddano...

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  8. Es una historia muy amable tal como va. Espero acontecimientos. Saludos

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