Marbella, 1 de febrero de 2.009
por José Manuel Beltrán
Han pasado ya dieciseis minutos después de la medianoche en Melbourne. Sentado, enfrente de mi televisor, llevo disfrutando durante más de cuatro horas de un maravilloso espectáculo deportivo. Es domingo en España y, aunque la climatología en el exterior no es benévola, el calor que se desprendía de la pista central dónde se ha celebrado el primer gran "slam" de la temporada es insoportable. Al incremento de esta temperatura corporal colabora también el estado nervioso por cada uno de los puntos que se dilucidaban.
Después de una intensa semifinal entre españoles, de más de cinco horas, nuestro gran Rafa ha logrado lo que antes ya Andrés Gimeno y Carlos Moyá intentaron: el primer triunfo español en el Open de Australia. Primero fué Rod Laver, sobre la otrora pista de hierba, quién impedió el triunfo de Gimeno. Luego, un intratable Pete Sampras acabó, en tres sets, con un ilusionado y muy joven Carlos Moyá. Pero, como no hay dos sin tres, esta vez otro grande como lo es Roger Federer no ha podido con el gran tenis desarrollado por el que, ya dicen, es el mejor deportista español de todos los tiempos, Rafael Nadal.
Observar a Federer, un gran caballero de la pista, llorar desconsoladoramente ante quince mil personas sin poder iniciar el clásico discurso de fin de torneo es la prueba más evidente que nos encontramos ante grandes deportistas pero, también, grandes personas. La contestación hacia este gesto, la continúa nuestro gran Rafa. Volverse hacía el gran campeón y abrazarle cariñosamente, en reconocimiento a lo que continúa siendo, es otro gran gesto de deportista; de caballerosidad; de amigo y, en definitiva, de buena persona.
Gracias Rafa, por todo lo que nos haces sentir. Gracias, ya por adelantado, por lo que tratarás de conseguir en el futuro. Digo que tratarás, porque eso es lo más importante para tí. No arrojar la toalla nunca. Demostrar que con trabajo y sencillez se pueden lograr metas importantes. Gracias por tu ejemplo a los jóvenes y a los que ya no lo somos tanto. Gracias al deporte, pero sobre todo millones de gracias a los deportistas. Gracias, por este bendido lunes australiano. Salud, ciudadanos.
Veo que tocas todos los palos, incluido el deporte de moda (nos va bien...)así que tendremos tenis para rato. Yo, sin embargo, no entiendo ni "pum", pero me ha llamdo la atención de tu post el que te refieres al campeonato ganado como al Open de Australia, cuando en la prensa en general se habla del "abierto" ¿Es que no te ha llegado la circular de cómo se dice ahora? Y otra cosa: Nadal es mallorquín, manacorí para más señas. Tú no te quiebras la cabeza y siempre hablas del deporte español, de los deportistas españoles... ¡Pillín, pillín!
ResponderEliminarAdmitida la sugerencia del comentario,se ruega leer "Open" (entrecomillado)que, efectivamente en castellano, significa abierto.
ResponderEliminarEn cuanto a la cuestión de identidad, son los lectores los que deben discernir y polemizar, si lo creen oportuno.
Saludos, ciudadanos
Jose Manuel:
ResponderEliminarGracis por visitar mi blog y comentar. Ten por seguro que vendré a verte a menudo. No me gusta mucho el tenis pero si me gusta Rafa Nadal.
Un abrazo,
Esteban
Yo juraría que dejé un comentario ayer aquí.........
ResponderEliminarUn abrazo,
Esteban