por José Manuel Beltrán
Transcribo, de forma íntegra, lo publicado hoy en el diario El Pais en su edición digital sobre un tema que a mí, personalmente, me preocupa y muy mucho.
"Una placa de 14.000 kilómetros cuadrados se desprende de la Antártida".
" Un sector de 14.000 kilómetros cuadrados se ha desprendido hoy de la plataforma de hielo Wilkins, en la península antártica, como consecuencia del "calentamiento global", según han informado un grupo de investigadores del CSIC."
La placa de hielo desprendida es aproximadamente de dos veces el tamaño de Euskadi. El grupo de investigadores españoles, que se encuentra analizando el impacto del colapso de la plataforma a bordo del BIO Hespérides, es el que primero ha conseguido llegar al lugar. Fuentes del CSIC aseguran que es la primera vez que un grupo de científicos consiguen estar tan cerca de una zona donde se ha producido un suceso de esta magnitud. El equipo ha presenciado durante los últimos días cómo el frente de hielo del mar de Belinghausen retrocedía 550 kilómetros en dos semanas.
La plataforma Wilkins es una gran superficie de hielo sobre el mar de forma permanente al suroeste de la península antártica, a una distancia de unos 1.600 kilómetros del continente sudamericano. Desde que hace un año varios satélites detectasen el comienzo del colapso, el puente de hielo que unía la plataforma con el continente ha ido derritiéndose rápidamente.
En febrero de 2008 un área de unos 400 kilómetros cuadrados se desgajó de la placa, estrechando el puente de hielo hasta una banda de seis kilómetros. A finales de mayo de 2008, un área de unos 160 kilómetros cuadrados se reompió, y dejó el puente en 2,7 kilómetros. Entre mayo y el 9 de julio de 2008, la placa de hielo sufrió más pérdidas: unos 1.350 kilómetros cuadrados.".
Hace pocos meses que, muy a pesar y sin que sirva de precedente, coincidía con la opinión de nuestro expresidente Aznar. En Octubre de 2.008, en las instalaciones de FAES (que no es el nombre de una farmaceútica, aunque se le parezca) afirmaba, al término de su discurso : "No sé si hay un cambio climático.... No lo sé porque no soy un científico experto en estos temas". Coincidía, digo, con la segunda parte de la afirmación: Yo tampoco soy un científico, ni siquiera experto, porque no soy científico. Pero seguir defendiendo, a pesar de la contundente noticia de hoy, que no existe un cambio climático y denominar a los defensores de esta idea como "abanderados del apocalipsis" es de una total estupidez (dificultad y gran lentitud para comprender las cosas).
Pero ¿ qué podemos hacer los ciudadanos del mundo para que esto no siga ocurriendo ?. Acaso, ¿ no es esta una causa lo suficientemente importante para organizarnos y mostrar nuestra protesta e indignación ?. Podemos ser tan falaces para afirmar, como el susodicho, que el cambio climático no es un fenómeno real sino una teoría "científicamente cuestionable que se está convirtiendo en una nueva religión".
Hoy también os deseo salud, pero con un añadido especial: ¡ BASTA YA !, CIUDADANOS.
Buenas José Manuel.
ResponderEliminarAunque resulte paradógico, me alegra que publiques tal desastre en tu blog. Yo creo que lo que impide un mayor compromiso con la "Madre naturaleza" es la falta de conocimiento de sus efectos negativos. Pero esto no es cosa de una persona, ni siquiera de 1 millón o 10 millones de personas. Esto tiene que ser una concienciación global (para algo más tiene que servir la globalización que tanto beneficia a los Estados con empresas deslocalizadas y multinacionales). A este respecto, recomiendo que se vea uno de los videos cuyo link pongo en mi blog "El velo de la ignorancia" (Zeitgeist Addendum) en el que se habla de energías renovables y otros aspectos a colación de este artículo. Todo acto comienza por una voluntad racional inicial e individual que nos lleva a actuar consecuentemente a los hechos del día a día, y aunque resulte anacrónico, ese día a día se traslada hoy al futuro.
La política tiene sus propios intereses, y los políticos son los encargados de predicarlos. La evidencia es tan grande que ya no hace falta esperar muchos años. Ya lo tenemos aquí, lo palpamos. Y aparte de deshielos tan monumentales como los que nos relatan, están otras adversidades como los recientes fuegos de Australia. Grandes períodos de sequía que propician situaciones de riesgo por incendio de dimensiones incalculables. Y mientras tanto ¿qué hacen los políticos? ¿Para cuándo nos fían soluciones tangibles? ¿Las verán nuestros bisnietos o las sufrirán como nosotros?
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