Los tesoros de la vida

por José Manuel Beltrán

Hoy, puedo decir, no ha sido uno de mis mejores días. Llevaba varios días sin escribir nada y no es porque tuviese atascada las neuronas -que, a veces, me ocurre- sino más bien, porque decidí trasladar mi mente más a la lectura que a la escritura. Sin embargo, que yo sepa, leer no debe suponer ningún tipo de trauma aún cuando el ingenioso hidalgo, creado por el maestro Cervantes, terminase abducido por esa costumbre.

Hoy, decía, ya al filo del anochecer regreso a casa después de haber dado un buen susto a todos mis compañeros de trabajo; amigos y, por supuesto, a mi familia. Al parecer, el mes de febrero está marcado de forma maldita en mi existencia. Ha sido un nuevo síncope que casi, de nuevo, me ha hecho perder el conocimiento. Al parecer, una dichosa enzima llamada CK "creatina quinasa" me trae en algunos momentos por la calle de la amargura. La dichosa CK, provoca que mi más importante músculo (no penseis mal, por favor), es decir, el corazón se comporte no adecuadamente y me provoque situaciones nada agradables.

No quisiera acaparar más líneas sobre mi persona, más bien al contrario. Parece ser que es, en estas delicadas situaciones, cuando más de cerca vemos lo que durante todos los días deberiamos apreciar con más intensidad. La preocupación de tus amigos denota, en su sentido más profundo el verdadero sentido de la amistad. La de tus familiares no sólo denota amistad; sino cariño y amor. Hoy, a estas horas, especialmente cansado por este ajetreo inoportuno me sentía en la obligación de sacar fuerzas -sin querer dramatizar tampoco- para agradecerles a ellos, de todo corazón, su amistad. Porque, en definitiva, los amigos y la familia son el verdadero tesoro de la vida.

Gracias Pedro, Mariló, Juan Carlos, Jaime, Alejandro, Fernanda, María José, etc... Gracias, a mi familia. Gracias Nuria, mi amor para tí y para siempre.

Ya sabeis la frase con la que termino siempre mis artículos. Es un homenaje hacia una persona que, sin estar ahora entre nosotros, siempre estará conmigo. Hoy tiene más valor sentimental.

Salud para siempre, ciudadanos.