Por José Manuel Beltrán
Existen en nuestra ancha piel de toro multitud de organizaciones, que además de organizar – a veces, no sabe bien qué- se conforman de un número de afiliados, simpatizantes o, simplemente, seguidores. La propia estructura de tales entes necesita para el funcionamiento y ejecución de sus fines, independientemente de lo material y económico, la movilización de sus recursos humanos. Por regla general, la puesta en escena de su opinión, se regula por medio de su representante máximo. Así, desde que nacemos y con pocas horas de vida, asumimos –esta vez de forma totalmente inconsciente- que tenemos unos representantes que durarán en su cargo hasta nuestra mayoría de edad, pues mientras ésta se alcanza al menor lo representan sus padres o tutor legal.
Más adelante, en una etapa escolar más avanzada, elegiremos nuevo representante en el delegado de clase; de curso y de la asociación o agrupación de estudiantes. Una especie de enlace sindical para coordinar las reivindicaciones de un gremio sin sueldo asignado. Nuestra sociedad está llena de representantes. Aunque en gran parte no reparemos en demasía en ellos, son muchas las personas que toman decisiones que nos afectan directamente sin que seamos del todo conscientes de la autorización que les hemos otorgado.
El Presidente de la Comunidad de Propietarios; del AMPA; del Sindicato; del Club (cualquiera el que sea, y son muchos); de la Iglesia; del Instituto, Universidad o “High Collage”; de la Policía, Guardia Civil y Bomberos; de los Consumidores; de las Hermandades y Cofradías; de las Organizaciones Políticas y Empresariales; así como de todas las Asociaciones y Federaciones en sus facetas locales, provinciales, regionales y nacionales que, por encima de los estratos ya reseñados, tienen un nuevo, o más bien, repetido representante.
El campo está abierto. No podemos quejarnos de las oportunidades de ascenso que nuestra propia sociedad nos brinda a diario. Podemos trepar y ascender en muchas de las diversas y variadas ramas que el árbol de la vida nos ofrece. Quizás, si no lo hacemos, es porque nos gusta la comodidad; la falta de compromiso; la insolidaridad; el miedo a tomar decisiones o, simplemente, porque es mejor protestar sin ejercer nuestra obligación a la responsabilidad.
Salud, ciudadanos.
Existen en nuestra ancha piel de toro multitud de organizaciones, que además de organizar – a veces, no sabe bien qué- se conforman de un número de afiliados, simpatizantes o, simplemente, seguidores. La propia estructura de tales entes necesita para el funcionamiento y ejecución de sus fines, independientemente de lo material y económico, la movilización de sus recursos humanos. Por regla general, la puesta en escena de su opinión, se regula por medio de su representante máximo. Así, desde que nacemos y con pocas horas de vida, asumimos –esta vez de forma totalmente inconsciente- que tenemos unos representantes que durarán en su cargo hasta nuestra mayoría de edad, pues mientras ésta se alcanza al menor lo representan sus padres o tutor legal.
Más adelante, en una etapa escolar más avanzada, elegiremos nuevo representante en el delegado de clase; de curso y de la asociación o agrupación de estudiantes. Una especie de enlace sindical para coordinar las reivindicaciones de un gremio sin sueldo asignado. Nuestra sociedad está llena de representantes. Aunque en gran parte no reparemos en demasía en ellos, son muchas las personas que toman decisiones que nos afectan directamente sin que seamos del todo conscientes de la autorización que les hemos otorgado.
El Presidente de la Comunidad de Propietarios; del AMPA; del Sindicato; del Club (cualquiera el que sea, y son muchos); de la Iglesia; del Instituto, Universidad o “High Collage”; de la Policía, Guardia Civil y Bomberos; de los Consumidores; de las Hermandades y Cofradías; de las Organizaciones Políticas y Empresariales; así como de todas las Asociaciones y Federaciones en sus facetas locales, provinciales, regionales y nacionales que, por encima de los estratos ya reseñados, tienen un nuevo, o más bien, repetido representante.
El campo está abierto. No podemos quejarnos de las oportunidades de ascenso que nuestra propia sociedad nos brinda a diario. Podemos trepar y ascender en muchas de las diversas y variadas ramas que el árbol de la vida nos ofrece. Quizás, si no lo hacemos, es porque nos gusta la comodidad; la falta de compromiso; la insolidaridad; el miedo a tomar decisiones o, simplemente, porque es mejor protestar sin ejercer nuestra obligación a la responsabilidad.
Salud, ciudadanos.
Bueno supongo que todos tenemos obligaciones, derechos y responsabilidades, en distintas etapas de nuestras vidas. Un beso
ResponderEliminarMuy bien dicho. Al que le quepa el sayo que se lo ponga.
ResponderEliminarBESOS
creo que todos debemos hacernos cargo de las responsabilidades que nos tocan.....
ResponderEliminares poner nuestro granito de arena para dejar un legado que se recuerde por siempre, en calidad y principios.........
un abrazo enorme
yo soy el enlace sindical de mi trabajo jose manuel y siempre hay que implicarse para sacar las cosas adelante y luchar por lo que uno considera justo...pero a veces cuando te mantienes al margen no siempre es por comodidad...esta el desencanto de no sentirte arropado...pero ahi seguimos...buen fin de semana amigo...
ResponderEliminarPienso que no podemos quejarnos nunca de lo que tenemos, ya que consciente o incoscientemente, somos nosotros los que elegimos, menos en el primer caso que has expuesto, el nacimiento.
ResponderEliminarDe lo que sí puedo quejarme es que esos representantes (que hemos elegido nosotros), se olviden de sus principios, de su moral, su ética.. porque el poder otorgado( por nosotros) se les suba a la cabeza.
A pesar de esto, sigo pensando, que votar, elegir ( sea en el ámbito que sea)lo que cada uno quiere en su vida es el mejor derecho que tenemos los ciudadanos, miedo me da perder esa libertad, de elegir quien queremos que nos represente, salga despues rana o no.
Un besito ciudadano
Uf!!! ya estoy aqui, creí que no llegaba!!! jajajaja....
ResponderEliminarUna entrada muy buena!!!... Aqui el problema es que siempre elegimos mal a nuestros representantes ¿o no?. En la época escolar no se cómo nos las apañábamos que siempre elegíamos al más petardo, el que parecía que iba a sacar la cara por todos y no era más que un pelota.
En el trabajo, el representante sindical, no es que sea pelota, es que es un "toca pelotas" porque no hace NADA, eso si, se coge no se cuántos días que le corresponden por reuniones y tal ¡¡qué que casualidad!!! suelen caer en viernes o lunes.
Y ya si hablamos de las "altas esferas"... en fin... sobran las palabras.
Un besote y feliz finde CIUDADANO!! jajaja..
Yo soy ahora mismo el presidente de mi comunidad de vecinos, a la espera que me digan ¡ Vayase Sr.Juancar! ,je,je
ResponderEliminarUn saludo jefe de ciudadanos,te ascendi!
Al menos, la mayoría somos padres y representamos a los hijos hasta los 18 años, aunque no sé en qué. Es más, si necesitan representación, échate a temblar.
ResponderEliminarEn lo demás, es cierto que debiéramos esforzarnos un poco y pasar por el AMPA, la asociación de vecinos del barrio, del portal, el sindicato, el partido político, el taller cultural, amigos del Teatro Calderón, la asociación ecologista, y el voluntariado de ayuda al anciano. Todo esto en nuestros ratos libres...
Algún día, al llegar a casa, nos daremos cuenta que nuestro hijo se casó hace meses y no disfrutamos de él y que nuestra mujer lleva años enamorada de otro y ha decidido irse.
Es una vida demasiado sacrificada, que tiene que arrastrar a los que tienes alrededor, porque si nó, al final estarás solo.
Gracias por pasar por mi blog y dejar una estupenda perla literaria. Me gustó.
Un saludo,
En mi caso, las veces que he participado en alguna que otra entidad siempre ha sido para aportar mi grano de arena y mejorar en lo posible.
ResponderEliminarActualmente formo parte de la AMPA del colegio de mis hijos.
Saludos compañero
De lo que hablas es de responsabilidades que muchos no quieren adquirir o bien porque son inmaduros o bien conformistas casi pasotas.
ResponderEliminar¡hombre!
ResponderEliminar¡considerar que llegar a presidente de la comunidad de vecinos o de la asociación de padres es un ascenso me parece un poco fuerte!
En lo que si estoy de acuerdo contigo es que cada vez nos gusta menos asumir responsabilidades pero.... tienes que entender que vivimos en un mundo en el que si asomas la cabeza.... ¡te lacortan!
Un abrazo,
Esteban
Isabel:
ResponderEliminar¡Claro que las tenemos!.Pero en ocasiones, por apatía, las delegamos en representantes y, luego, discrepamos.
Stanley:
Hay muchos que ni siquiera les gusta vestirse.
Adrisol:
Cierto, si algo te afecta, ¿no es lógico que aportemos nuestra colaboración directa?.
Alijodos:
Tú lo expresas bien en tu respuesta. Si uno no se siente arropado por quienes le eligieron ¿a cuántos representa?. Ese desencanto por la labor que uno realiza en reprsentación de los demás, debe ser devuelto a los desencantadores. Pues de ellos es la culpa, no tuya.
Una sonrisa:
Pero ¿qué decir de esos representantes que han sido elegidos sólo por unos pocos y se arrogan la representatividad de todos? ¿Qué decir de esos que no han querido participar?
alma máter:
Cierto es que, en algunos casos, esos representantes no asumen correctamente su responsabilidad hacia los demás. Pero ni siquiera en las "pequeñas esferas".
Juancar:
Lo veís. Aquí tenemos un ascenso en la responsabilidad ciudadana. De simple copropietario a Presidente de todos ellos. Y cómo Vd. no me arregle el jacuzzi(aunque sea moroso), le diré eso último: ¡Váyase, Sr. Juancar!.
TitoCarlos:
Yo creo que nuestras responsabilidades no deben ejercitarse en los ratos libres, pues ésta quizás sea la excusa para la no participación.
Sisco:
Como ciudadano te doy las gracias por tu aporte al igual que, seguro, te lo darán los padres-madres inscritos y al corriente de cuotas del AMPA.¿Es mucho el porcentaje?.
Ulises:
Correcto. Esa es una de las esencias del artículo. Nuestro pasotismo provoca una dejación de nuestras responsabilidades y, otros, los representantes se la arrogan como si todos hubiesen participado, o por lo menos una gran mayoría.
Esteban:
Pues, fuerte o no, para mí lo es. ¡O acaso no estás en un nivel superior de representatividad, y por lo tanto, de poder!
Entiendo la diplomacia, la argumentación, la negociación. Pero hay que asomar la cabeza y defender aquello que uno cree que es así (con argumentos) o lo que es más difícil: defender lo que tus representantes han decidido, aún estando tú en desacuerdo.
Gracias a todos, ciudadanos, por vuestras aportaciones.
Gracias por tu felicitación , y tenés mucha razón respecto al enlace, siempre lo olvido,mil disculpas.
ResponderEliminarBESOS Y BUEN FINDE!!
Jejeje, pues aún que no te lo creas el aporte es del 100% y en lo que llevamos de curso ni un solo recibo devuelto.
ResponderEliminarDebo puntualizar que es un colegio rural de 110 alumnos.
Sisco:
ResponderEliminarPues hete aquí un ejemplo real que cumple totalmente con el espíritu del artículo. Sólo me queda dar la enhorabuena a los 55 padres (en este caso las matemáticas puede que no sean exactas)y a ese AMPA. Curioso es, como dice Sisco, que se trate de un colegio rural. Y ello me alegra más pues, en muchas ocasiones, los "paletos de ciudad" desprestigian a ese entorno sin darse cuenta que, la sociedad, la formamos todos.
Un abrazo, ciudadano y ¡adelante! con el tajo.
Hola Amigo:
ResponderEliminarNo he venido antes por falta de tiempo lo primero darte las gracias por pasar por mi blog.
Y respecto a lo que escribes pues a veces elegimos bien, pero cuando el elegido tiene un poquito de poder, empienzan los abusos de eso de poder, esta pasando en todo, en la policia, en goviernos, en todo...
Un saludo!!
Soy cauta con respecto a las representaciones. Cuando éstas te absorben todo tu tiempo, cuidado, tal vez te estas perdiendo un tiempo importante de tu vida.
ResponderEliminarY no es por no querer asumir responsabilidades es por el coste que implica.
Besitos.
De una manera u otra, en todas las etapas de nuestra vida tenemos responsabilidades y debemos afrontarlas, hacernos responsables de ellas y defenderlas de la mejor manera posible.
ResponderEliminarUn besito y que tengas una feliz semana
El asumir las responsabilidades va con la persona, hay quien no asume las suyas propias, cuanto menos las colectivas o las de los demás.En el fondo también es una cuestión de educación, uno se comporta normalmente conforme le han enseñado o ha visto hacer en su entorno cercano. Un saludo.
ResponderEliminarYo, porque en este caso hay que hablar de uno mismo, he llegado a un momento en mi vida que prefiero representarme únicamente a mí.
ResponderEliminarSiempre tengo presente "El Principio de Peter" que viene a decir, en castellano de andar por casa que, cuanto más sube el mono, más se le ve el culo.
Así que me he convertido en una egoísta que prefiere estar en cuarta fila.
Nuestro mundo está lleno de gente que quiere figurar, pues alguno, como yo, prefiero quedarse en la retaguardia.
Puedes llamarme cobarde, jejejeje
Besitos doñito