Anuncios clasificados

Por José Manuel Beltrán

Normalmente, durante el fin de semana, suelo efectuar una lectura más reposada de la prensa escrita. Reconozco que no es de mi mayor agrado que, entremezclados en las páginas, se incluya todo tipo de pasquines publicitarios sean de la marca que sean. Debo de ser muy torpe pues, allá que me descuido, empiezan a sobresalir de las páginas y no será la primera vez que, sin yo quererlo, haya quedado en el asfalto dando un trabajo innecesario al barrendero de mi calle.

Por añadidura, la mayor parte de los diarios de fin de semana incluyen su magazine semanal. Los más señoriales, vienen recubiertos de un envoltorio plastificado con lo que se estimula la incomodidad en el transporte, pues todos conocemos que el plástico es sumamente resbaladizo. Son inventos modernos que, en su mayor parte, sirven para tener más páginas “a colores” dónde insertar publicidad.

Hoy, sin embargo, es lunes. El periódico viene como “dios manda”. ¡Bueno, no diría yo tanto!, pues una buen número de sus páginas, de forma tradicional en este día, se refieren a los acontecimientos deportivos acaecidos en el domingo. O es que estaba aburrido o que mi curiosidad es supina pero, mi atención se ha centrado en solo tres páginas en cuyos dorso y reverso se concentran más número de palabras que, a buen seguro, en el resto.

Me refiero a los anuncios clasificados. He tenido la paciencia y ¡mira que yo no soy tan paciente! de contar el número de anuncios. En total 412. Para dar más credibilidad a estas líneas, he llamado al departamento de publicidad del diario y me han confirmado: mínimo 10 palabras y un coste de 0,48 euros por cada una. Los sábados y domingos, este coste asciende un centimito. Total, que las cuentas están claras: un total de 19.982,80 euros a la semana por una información que se puede resumir ( sin ánimo de alusión a nadie) en lo siguiente: atractiva; pechos grandes; cuerpo respingón; madurita; con lengua; beso negro; no profesional; dotadísimos; chico joven y etcétera……

Luego ponemos el grito en el cielo cuando desafortunados y gravísimos casos de violencia de género se producen en nuestro país; luego criticamos la corrupción de los mayores ; la explotación de menores y la de mujeres y hombres. El negocio de los proxenetas; chulos y de las mafias. Pero, no gritamos ¡basta ya, de hipocresía! a todos estos diarios que se benefician económicamente de este negocio, por medio de otro negocio legal: la publicación de un periódico.

Quizás, debiéramos revisar nuestro código penal. ¿Acaso, no se pudiera concebir esto como una cooperación, por medio de la difusión y publicidad, para que se puedan cometer “presuntos” delitos? ¿ Acaso, estos mismos medios no se están lucrando en la publicidad o la incitación a estos actos?. Es curioso, leí hace tiempo que sólo un periódico de distribución gratuita, sí gratuita, no admitía este tipo de anuncios. ¡Enhorabuena señores, tienen todo mi respeto.

Salud, ciudadanos.