jueves, 7 de mayo de 2009

La vergüenza. Relato corto

Por José Manuel Beltrán

Llevaba más de cuatro semanas vagando sin rumbo por la gran ciudad. Había elegido una zona en la que creía encontrarse seguro. Nadie le reconocería pues, el lamentable aspecto físico en el que ya se encontraba no era el más atractivo para la visión ajena. Aún así no podía volver a sus orígenes, no sólo por la vergüenza que pasaría, sino porque las cicatrices de sus actos pasados se encontraban aún tiernas. Sin embargo, lo estaba deseando.

En su cartera únicamente quedaban sus documentos y una tarjeta de crédito, que sabía ya no podía usar dado que el banco había ya recibido la orden de bloquearla. Esa misma mañana había malgastado el último billete de cinco euros, que doblado y redoblado más de seis veces, había escondido en uno de los vértices de la ajada cartera. Como de costumbre, no fue para comida. Su estómago ya no la admitía a pesar de tener necesidad de ella.
Estaba rendido y exhausto. Todo su cuerpo sentía una tiritera, esta vez, mucho mayor que las anteriores. Sin quererlo, a pesar de saber que lo necesitaba, sus pasos se encaminaron hacia una vieja puerta de color verde. Estaba entreabierta a menos de la mitad pero lo suficiente para observar como, en casi un perfecto círculo, un grupo de mujeres y hombres escuchaban atentamente a otro que, en ese momento, empezó a llorar. Su corazón sintió también un pequeño pinchazo de tristeza. Le quería ayudar pero sabía que le resultaría imposible. De repente, la puerta se abrió súbitamente. Frente a él, con una enorme sonrisa, un grandullón que debía pesar más de cien kilos le alargó la mano para saludarle. “Hola, soy Rafael. Te pido, por favor, que entres y te unas a nosotros”. Sin darse cuenta sus piernas temblorosas habían traspasado ya el umbral de la puerta. Según se acercaba al grupo su barbilla iba juntándose más con su pecho. Se sentó en uno de las dos sillas que todavía quedaban libres. Nada más hacerlo, y pidiendo perdón por la interrupción de quién en ese momento tenía la palabra, liberó toda su vergüenza diciéndoles a todos: “Hola, me llamo Andrés, y soy alcohólico”.

14 comentarios:

  1. Ves? Hoy sí, hoy ya he intuido de qué iba la historia antes de llegar al final...
    Uuuuuh, voy progresando! jejej

    Y es cierto que hay mucha gente que echa a perder su vida por el alcohol. Y a muchos les cuesta un mundo salir de ahí. Pero siempre hay gente dispuesta a ayudar, verdad?

    Besos, Ciudadano!

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  2. Un relato como la vida, crudo, pero real. Siempre hay esperanzas al final de un pasado terrible, de una vida que nos persigue como una sombra, pero de la que es posible escapar con fuerza y coraje.
    Me ha gustado mucho, José Manuel. Lo has tratado con sensibilidad y delicadeza.
    Saludos desde La ventana de los sueños.

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  3. El alcohol es una droga que lleva destruyendo vidas durante años y años, pero está bien vista. Es más, cuantas veces no habremos oído aquello de: tómate una copita, al haber pedido un refresco.

    Has contado la parte más dura del alcohólico y a la que llegan pocos. Hay que tener mucha fuerza para enfrentarte a tu propia realidad.

    Dura pero habitual realidad DOÑITO. Hoy se merece usted las mayúsculas y algo más.

    Besitos

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  4. No es ficción, es realidad plasmada magistralmente. ¿No te quieres dedicar a esto?

    Un abrazo, y no lo dejes,

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  5. Es un privilegio leerte. No por corto, es menos intenso.
    Cuando una persona es capaz de enfrentarse a sus propias vergüenzas ha superado lo más duro.
    La fuerza que le has dado al protagonista le impregna de una humanidad que lo hace real.
    Besitos

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  6. relato corto pero intenso!!
    es una enfermedad muy cruel, para la persona y toda su familia...
    conozco el tema porque trabajé cómo voluntaria en un centro de prevención de drogadicción, que también trataba el alcoholismo.
    las reuniones semanales con todas las familias eran desgarradoras por las experiencias que pasaban!!!
    lo que tiene más valor, cómo lo que cuentas, es el enfrentarse a esta enfermedad, reconocerla y pedir ayuda es el paso mas importante!!

    gracias por compartir, amigo...

    un abrazo

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  7. Hola Jose Manuel, saludos desde Nueva Andalucía, te quiero presentar mi web, es sobre Andalucía, espero que te guste:

    http://www.andaluciars.com

    Saludos.

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  8. ¡Gracias, a todos por vuestra acogida y comentarios al relato!.

    Lourdes:
    ¡Ves como ya lo estás consiguiendo! jaja. Eres un encanto. Un besito, ciudadana.

    Anabel Botella:
    ¡Gracias, por esas palabras: sensibilidad y delicadeza. ¡Me gustan! y me parecen apropiadas para el tema. Otro besito, ciudadana.

    Montse:
    ¡Es verdad! Siempre la parte más dura es enfrentarte y reconocer tu dura y habitual realidad. Son palabras que comparto. Gracias, por esas mayúsculas. Más besitos, ciudadana Montse.

    TitoCarlos:
    Una realidad de todos y cada uno de los días. ¿Dedicarme a esto? Pero si ya lo estoy haciendo aquí ¿Nooo? Gracias Tito, por tu apoyo. ¡Venga, no os dejaré! jajaja Un abrazo, ciudadano.

    Nuria González:
    Gracias por tus palabras. Aun cuando tienes la pequeña ventaja de ser, siempre, mi primera lectora tu ecuanimidad y gusto por el personaje y sus sentimientos (humanidad que lo hace real), me halagan.
    Más y más besitos, ciudadana.

    Adrisol:
    Ese trabajo del que hablas tiene que ser muy duro. Más duro, evidentemente, lo es para los enfermos. Pero debe ser tremendamente reconfortante. Gracias, por tu aportación ciudadana. Tú tampoco te vas sin un besito.

    Juan Antonio:
    Gracias por tu entrada y espero verte por aquí muy pronto.
    Un abrazo, ciudadano.

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  9. Perfecta visión de una situación cruda y actual, plasmada con la genialidad que a la que ya nos tenés acostumbrados.

    BESOTES QUERIDO CIUDADANO Y BUEN FINDE!!!!

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  10. Genial relato. Crudo, duro, pero GENIAL.

    Un beso y buen finde!!!!

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  11. Uff, dificil situacón, por desgracia he conocido dos personas con este problema, digo he conocido porque ya no están, ojalá hubieran tenido el "valor" de pasar por esa "verguenza", quizás seguirían aquí.
    Un besito ciudadano.

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  12. Buen relato. Reconocer el problema es parte de la solución. A mi entender cada adicción lleva aparejado un problema oculto, algo que se quiere tapar a base de perder la conciencia,la cordura, la familia, los amigos, el dinero etc etc. Algunas personas tienen que tocar fondo para poderse enfrentar a ello. Lo has contado con mucha realidad. Saludos Ciudadano, siempre un placer leerte

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  13. Momentos como esos se quedan grabados en la memoria, de por vida...
    Muy bueno el cierre.

    Un gusto leerte. Saludos.

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  14. una historia conmovedora y real como la vida misma.

    Tiene que ser muy dificil asumirlo y plantarle cara a ese vicio que mata..

    Un abrazo!!

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