lunes, 2 de marzo de 2009

Carta a un árbitro agredido

por José Manuel Beltrán




Mi desconocido, pero admirado amigo Manuel Montané, árbitro de fútbol salvajemente apaleado en Benacazón (Sevilla):
Supongo, y tal es mi deseo, que al recibir esta carta ya estará Vd. con los suyos y en casa junto a su familia, que han sido quiénes han pagado, con usted, las iras de unos desalmados, cuyos padres y madres tendrán que sentir, si saben de qué va, auténtica vergüenza de ellos.
Ha elegido usted, como "hobby" dominguero, el oficio de los valientes, el peor pagado y, muchas veces, como en su caso, el mejor "cobrado". Usted recibió ese pago de unos bichitos juveniles que en sus casas se ven obligados a decir que sí a sus hermanos mayores y que, en el futuro, dirán a todo que sí a sus esposas y a sus madres políticas, con las que no se atreven. Por eso la dieron con su persona, pues de tal modo, le estaban pegando a su hermano mayor, a la futura esposa que les contradice; a la futura cuñada que los llevará a raya y a su futura suegra que no le dejará desmandarse.
Y le arreaban, en su persona también, al jefe que les exige en el taller, y al profesor que le enseña matemáticas y al compañero que gana más porque trabaja más. Y es que estaban tomando en usted, la venganza de sus fracasos y de sus silencios obligatorios.
Por eso le pido, señor Montané, que se apiade un poco de ellos, pues se ven obligados a sacar sus malos humores amparados en la masa dominguera que acude a los campos de fútbol. Ellos son unos pobrecitos que pasarán a la historia con el genérico nombre de Don Nadie.
Se que la agresión fue tremendamente brutal por no dar su brazo a torcer, arbitrando según el dictado de su saber, honradez y conciencia. Y nada más, mi distinguido amigo, le deseo de todo corazón que siga en sus trece y para que en nada afecte en su carrera arbitral este triste episodio de una tarde de "fútbol" cuyo protagonista fue el salvajismo de unos tipejos, sin alma, y de sus padres que lo contemplaban de los que se avergüenza toda la afición española.
Salud, ciudadano árbitro.
P.D.: Manuel Montané, es un árbitro de 34 años, que ha sido brutalmente agredido por jugadores juveniles en el transcurso del partido Betis Balompié-Cerro Aguila.

8 comentarios:

  1. Sinceramente, viendo lo que se ve en estos campos de Dios o hay que tener mucha aficción o hay que estar muy loco para arbitrar.

    No es el primer caso que pasa esto. Alguno incluso más grave. No entiendo que, en ciertos campso esta gente no tenga protecci´n.

    Lo peor de este caso es que le pegaron los propios jugadores ¿verdad? Yo les inhabilitaría de por vida...

    Un abrazo,

    Esteban

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  2. Es una pena que el deporte se vea salpicado con la violencia.

    Un beso!!

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  3. Buenas José Manuel. La verdad, es que este caso no es aislado y yo creo que representa un fanatismo creciente por el futbol que aunque mueve masas, no deja de ser un simple juego. Pero no es eso lo que parece, cuando acontecen episodios como el de este hombre. Los juegos tienen unas normas, y la primera y fundamental de todas es que es un juego, y no hay que pasar a mayores.
    Un saludo, "carnavalero" jaja

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  4. Esteban:
    Efectivamente,en este caso, fueron los jugadores, exactamente tres. Pero no olvidemos ¡eran de categoría juvenil!. Sus padres y familiares, a buen seguro, estaban en el recinto. Por aquí, tambien van los tiros.

    Alma:
    El deporte, lamentablemente, genera violencia cuando no es entendido como eso, lo que es, deporte. La competitividad, mal entendida, es un germen insano.

    Rubén:
    ¡Qué decirte a tí, verdad!. En este caso sobre baloncesto que también conocemos ambos. Las normas del deportista son las mismas que las del espectador: EDUCACION.

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  5. La violencia nunca tiene justificación, mi hijo juega a basquet desde hace unos años, es una pena que el deporte se convierta en "eso", porque no se me ocurre nombre para ese acto de bandalismo. Me gustaria creer como dice Ruben que es un caso aislado.

    Una sonrisa.

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  6. Lo que ocurre en esos campos es dificil que ocurra emn cualquier estadio de elite..mi hermano era guardia cil en un puebl y cuando iban al futbol que tres o cuatro guardias civiles como mucho rezaban para que nada ocurriera por que es que apaleaban a los guardias si hacia falta...Mi hermano sabedor de quienes la liaban, les daba funciones para que no armaran el tango...y asi iba campeando el temporal...y era un partido de regional preferente...saludos ciudadano malagueño

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  7. El deporte es un juego dónde hay ganadores y perdedores. No haría falta árbitros si los jugadores fueran honrados en el transcurso del juego. Además están los mirones muy parciales, generalmente familiares, que en estos campos de tercera acuden formando una piña que sólo tiene ojos para el buen o mal hacer del "niño". No se tolera la decisión del árbitro ni por parte de jugadores ni en las gradas. Antes de empezar el juego ya se le insulta,( y de eso sé un rato )y no digamos cuando el partido esta calentito, entonces se pasa a las manos. Unas veces son los espectadores y otras los propios jugadores, pero al igual que en otros ámbito, ya no hay respecto, ni educación sólo violencia.
    Este caso no es el primero, ( tú lo sabes bien, pues tambén te dieron de esa misma medicina, siendo tú árbitro hace muchos años ) ni desgraciadamente será el último mientras que el deporte no sea considerado nada más que eso "un juego" para divertirse sin tanta competitividad.
    Besitossssss

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  8. Una sonrisa:
    No es un caso aislado, existen muchos más aunque, no de la magnitud y publicidad como el comentado. Conozco muy bien el baloncesto, pues he sido padre de jugador; delegado de equipo y directivo (vicepresidente del C.B. Marbella) dónde jugaba Rubén. Y ahí también existe esa violencia que sino tan física y brutal como la del fútbol si en las gradas. Fíjate, en las actitudes de algunos padres y madres cuando su niño/a juega el partido.

    Alijodos:
    Lo he sufrido en primera persona, tal y como comenta Nuria. Y, cierto es, que esas 2 ó 3 "fuerzas vivas" poco pueden hacer ante hechos como los sucedidos.

    Nuria: Que te voy a decir yo a ti, que tú ya no sepas. Tú tambien has soportado esa violencia y, en muchas ocasiones, es mayor la verbal que no la física.

    Gracias a todos, ciudadanos. Nos vemos en el siguiente.

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