miércoles, 28 de enero de 2009

Un Paseo Marítimo para disfrutar


Marbella, 28 de enero de 2.009

por José Manuel Beltrán


Es indudable que disfruto de una calidad de vida, en muchos de los casos envidiable. No me refiero, y ni de lejos voy a comentarlo porque no es el caso, a mi situación económica. Si bien es cierto que la crisis, ya por fin definitivamente reconocida, también a mí me afecta. Sin embargo mi calidad de vida se concentra en otros aspectos más "de a pie" que suelo disfrutar todos y cada uno de los días del año.

Una de las diferencias fundamentales del quehacer diario entre una ciudad pequeña y una gran capital empieza a primera hora, dado que todavía disfruto de trabajo. Me refiero al transporte o, por decirlo mejor, al tiempo que desperdicio en llegar a mi trabajo desde casa. Si bien he de recorrer una distancia de unos 10 kilómetros, mi tiempo en consumirla no llega a los 10 minutos. Tengo el privilegio de comer todos los días en casa ¡ bendita cocina la de mi señora esposa ! aún cuando después tenga que volver a ejercer otro menester. En breves minutos, puedo disfrutar tanto de la playa como de la montaña. Pasear en bicicleta, sin excesivos peligros, por las carreteras circundantes ó inclinarme a subir a pueblecitos encantadores como Ojén, Benahavis o Istán utilizando el mismo medio, aún cuando es obvio con un añadido esfuerzo.

Sin embargo, un gran número de ciudadanos de nuestra Marbella -al igual que muchos de los visitantes nacionales y extranjeros que nos visitan- hacen suyo un recorrido turístico de calidad. Algo tan sencillo como utilizar, de forma tranquila, nuestro Paseo Marítimo que desde el Puerto Pesquero de Marbella -comúnmente conocido como La Bajadilla- se alarga hasta el mismo Puerto Banús. Son más de 10 kilómetros de atractivo paseo, siempre con la vista puesta en el mar a escasos 15 metros, que reconforta y llena la batería de nuestro cuerpo.

Desde hace meses se han instalado en diversas áreas del paseo - y en este caso la dirección de mi crítica es positiva- unas sencillas instalaciones que te permiten, sin distinción de edad, efectuar una serie de ejercicios físicos; de estiramiento o de mantenimiento; y que están siendo utilizados en gran manera.

Sólo queda enlazar dos puntos, para que este paseo se prolongue hasta el mismísimo San Pedro. Cada uno nos marcamos, según nuestro momento de ánimo, una serie de paradas obligatorias. Desde el inicio ya referido, puedes disfrutar del Puerto Deportivo y sus terrazas; pararte antes de que finalice el ensolado de mármol en el Melia Don Pepe; continuar hasta el embarcadero del Marbella Club ( la vista es maravillosa y la puesta de sol fantástica); parar en el espigón de Puente Romano o continuar hasta el Victor's Beach. Desde aquí el paseo se estrecha un poco para, como siguiente parada, llegar hasta Coral Beach. Sólo queda adentrarse en la arena de la playa unos 20 metros, para finalizar ya en Puerto Banús.

Ahora creo que sí, se entenderá mucho mejor mi aserto inicial. Tengo la suerte de disfrutar de una excelente calidad de vida y, desde aquí, animo a todos los lectores a que puedan sentir lo mismo aún cuando quede el camino de vuelta, esto es, otros diez kilómetros o quizás menos.


Salud, ciudadanos.

2 comentarios:

  1. ¡Vaya alegría que me das! Yo que te daba liado, enfrascado con la solución al problema de tu blog paralelo... y resulta que tú, paseando junto al mar... Se conoce que has dicho: ¡Problemas a mí! Que el PP los tiene... allá ellos. Que a Roca lo admiten en un puesto de trabajo... ¡con su pan se lo coma! Que a Zapatero le han dado el Vº Bº en su comparecencia... ¡para eso están las ópticas! Que te cansas de ver mar... ¡te vas a esos pueblecitos que citas...! Y es que Marbella es mucho más de lo que cree la gente. Por eso estoy animado a comprobarlo "in situ" el próximo mes de junio... aunque lo mismo me quedo sin guía...
    ¡Que no cunda el pánico!

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  2. Hola. Soy una fan del blog de tu Nuria. Ahora reviso el tuyo. Por cierto, yo me he hecho ya algunas veces el paseo que dices y llevo a gala decir que UNA de las veces llegué desde La Bajadilla hasta Banús, sin despeinarme... ¡Ala, ahí queda eso! La semana que viene voy para allá, como otros muchísimos años. Y caliento motores para intentarlo de nuevo. Si no, que me quiten lo bailao.
    Una sevillana, marbellí de corazón.

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